Cuando el colegiado se convierte en el protagonista en un partido, el espectáculo futbolístico termina deslucido.

Es lo que sucedió en el encuentro de la mañana de ayer entre el Triana y el Montequinto. Los locales terminaron con nueve, los visitantes con ocho. Todo un carrusel de tarjetas que truncó el desarrollo del juego.

En lo deportivo, ni Triana ni Montequinto hicieron méritos para llevarse el partido. Una primera parte muy igualada, con dominio alterno y escasa de ocasiones, dio paso a un segundo periodo más movido.

Tener dos jugadores menos sobre el campo motivó a los trianeros que, tras un despeje de la defensa visitante, puso el 1-0 a dos minutos del final por medio de Nando. Antes, el Montequinto reclamó penalti por manos de un defensa, pero el colegiado hizo caso omiso y resolvió la jugada inventándose un fuera de juego.