Betis-osasuna

Nueva opción de fuga

  • El Betis aspira a un triunfo ante Osasuna que lo catapulte de una vez. Mel busca el equilibrio con un 4-3-3 ofensivo y a la vez de altura.

El Betis está obligado a la victoria. Siempre suele ser así, pero tras el fiasco de hace dos semanas frente al Leganés no puede permitirse darles más disgustos a sus feligreses. El club, además, lo está poniendo todo de su parte para que Heliópolis se vuelque con el equipo en este período clave y la respuesta de éste ha de ser positiva de una vez.

Asoma por la puerta de la Palmera Osasuna, pero el rival es lo de menos. Ni los navarros están a la altura de su escudo ni son tan endebles como para descender a Segunda B. En el término medio se halla el potencial del conjunto navarro, dirigido ahora por José Manuel Mateo, un ex defensa pamplonica y entrenador de su cantera que se halla en la tarea de imbuir compromiso entre su gente. Pero hay que insistir en que da igual, como si fuera el segundo clasificado o el último.

Y es que el Betis, que endulzó su derrota ante el conjunto pepinero merced a los fallos de sus más directos adversarios, no acabó tampoco de enjugarla en el Nuevo Colombino pese a su victoria. Por eso está obligado a darse ya un gustazo ante su gente y, de paso, meter una marcha más en su pelea por el ascenso directo de categoría.

Porque escaparse en la cabeza cuanto antes, amén de un margen de maniobra, les otorgaría a los discípulos de Pepe Mel un plus de moral que a su vez recortaría la de sus rivales, sobre todo de los que continúan sin sumar de tres en tres.

Para todo ello es primordial que el equipo verdiblanco recupere cuanto antes el juego que comenzó a desarrollar tras el aterrizaje de Mel o, al menos, el que se vio luego de forma esporádica en los partidos frente a Girona, Valladolid e incluso Las Palmas. Ésa es la pretensión del técnico verdiblanco, conseguir los resultados desde una propuesta atractiva, de ahí que durante la semana haya trabajado diversas variantes, como la de situar nuevamente a Dani Ceballos en el eje junto a un mediocampista defensivo o la de utilizar un 4-3-3 que le podría ser incluso más útil frente a un equipo como el que hoy lo visita.

Quizá por ello al final vaya a acogerse a esta opción y cambiar el sistema. Y es que el madrileño, pese a que el entrenador era entonces Julio Velázquez, tiene muy presente que en el partido de la primera vuelta Osasuna obró la remontada gracias a jugadas a balón parado en la que sus futbolistas impusieron su mayor altura. Además, es posible que Nekounam, que llega algo tocado al partido, pueda ser incluso titular, lo que acrecentaría este poderío de los pamplonicas.

Quizá por eso optará por un centro del campo con tres futbolistas, en el que Xavi Torres sería el medio de cierre y N'Diaye y Portillo los interiores, uno para portar músculo y juego aéreo y el otro, el último pase que tanto se echa de menos en el Betis.

El doble efecto que podría conseguir Mel con este nuevo dibujo, muy criticado en la época de Velázquez por cuanto aislaba a Rubén Castro del centro de la vanguardia, es precisamente el contrario. El canario ha perdido chispa y velocidad a la vez que confianza y urge su rehabilitación. Y para ello, aunque fuera coyunturalmente, nada mejor que abrirle espacios cerca de una banda y lejos de los defensas centrales, quienes tendrán que desgastarse con Jorge Molina.

Es una apuesta por el equilibrio: impedir que entren en liza las mejores armas de Osasuna y a la vez tener juego por dentro con Portillo, el hombre llamado a armar la maquinaria junto con los arreones de N'Diaye. La temperatura, además, debe jugar a favor de los verdiblancos.

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