No se recuerda una comparecencia tan franca y directa del presidente del Cajasol, Juan Carlos Ollero, en todos los años que lleva en el cargo. No dio rodeos, fue al grano, habló de la nueva situación económica, del porvenir, de la cantera, del distinto panorama en el que el club tomará sus propias decisiones, de las cajas de ahorros, de autocrítica, de la necesaria búsqueda de otros patrocinios e insistió en su largo discurso en denominar Caja al equipo, como antaño. 

El dirigente sevillano aprovechó la presentación de la encuesta de elección de los colores del club para trazar las líneas maestras del plan de actuación en el que se está trabajando para las próximas temporadas. Entre las frases potentes que dijo, destacó ésta: "La afición, Sevilla y la ACB tienen Caja para rato". Por tanto, parece, al menos en las tres próximas temporadas, que no peligra la vinculación del club con Sevilla, "pero sabemos que nuestro futuro no depende exclusivamente del patrocinador principal; éste es un club con una potencialidad no aprovechada y debemos revisar el actual contrato de sentimientos con la afición y con Sevilla y sus instituciones. Debemos pasar del club político al club popular, del club de la Caja al club de Sevilla, del club colonizador de canteras al club ejemplo de formación y colaborador con todas las instituciones que se dedican a la formación de jóvenes deportistas; del club cerrado al club abierto". 

Contextualizó Ollero las razones que han motivado a trabajar en la nueva dirección: "La evolución de la situación económica general y la particular del deporte profesional le ha cambiado el paso a todo el mundo en España. Al Caja, además, se lo han cambiado la desaparición del sistema de cajas y los cambios inevitables en el sector financiero. Afortunadamente, nos hemos encontrado a una entidad que ha apostado por Sevilla, por el Caja, y que no sólo no se ha desentendido del club, sino que ha ayudado desde el primer día en la elaboración de este plan de futuro". 

Ollero también explicó que desde el 1 de julio de 2012 en el club se está trabajando pensando en el futuro, con el objetivo de "situar al Caja en el nuevo escenario surgido de los cambios anteriores, examinar objetivamente sus potencialidades para aprovecharlas e identificar los cambios necesarios y diseñar las acciones convenientes para, a partir de la próxima temporada, construir sobre ellas un edificio renovado y sólido". "No hemos querido hacer un ejercicio de voluntarismo. No hemos querido hacer un ejercicio solitario. Somos prudentes. El Caja se está sirviendo en este proceso de especialistas externos reconocidos. De hecho, hemos suscrito un acuerdo de colaboración con Havás Sport & Entertaiment". 

Ollero, asimismo, afirmó que en este proceso de transformación y mejora "el pabellón de San Pablo es clave para el plan de actuación, pues podríamos ofrecer alternativas de ocio aparte del baloncesto", y quiso dejar claro que "los sueldos de los jugadores tendrán que adaptarse a los nuevos tiempos; si no, estaríamos locos". Apuntó el presidente que en esta situación "vendría de maravilla" sacar a jugadores de la cantera para el primer equipo, destacando en su alocución el prometedor futuro de Porzingis. Si Aíto seguirá o no, lo ignora; ni conoce los planes del técnico ni el club va a negociar con nadie antes de que acabe la temporada. E hizo un apunte de la idiosincrasia hispalense: "En esta ciudad ganaríamos mucho todos si nos olvidáramos un poco de la dualidad sevillana". Ollero pretende que haya acciones conjuntas con los dos equipos de fútbol para ayudarse entre ellos, mayormente el balompié al baloncesto. 

Dada la difícil situación deportiva que vive el Cajasol, Ollero aprovechó para hacer un llamamiento a la afición: "Es el momento también de solicitar a todos el apoyo en una tesitura deportiva difícil. Tenemos 26 años de historia y hay que luchar por nuestro sitio entre los mejores, el que nos hemos ganado durante 24 temporadas ininterrumpidamente en la Liga Endesa y en una trayectoria jalonada por dos subcampeonatos de Liga y uno de Copa".