El italiano Luca Paolini (Katusha), un veterano de 36 años y debutante en el Giro de Italia, obtuvo el mayor premio de su carrera al enfundarse la maglia rosa tras vencer en solitario en la tercera etapa disputada entre Sorrento y Marina di Ascena, de 222 kilómetros, merced a un ataque lejano que supo mantener hasta la meta.

Paolini, ganador esta temporada de la Omloop Het Nieuwsblad, saltó del grupo a 6,5 kilómetros de meta, en el descenso de la segunda dificultad de la jornada, la Sella di Catona (de tercera categoría), y tuvo fuerzas para aguantar en solitario un puñado de segundos ante el acecho de los favoritos, que marchaban juntos después de librar una batalla en la subida. El ciclista milanés sorprendió a todos con su apuesta y aún pudo celebrar tranquilamente su primera victoria en la carrera italiana, la segunda en una grande, pues ya se impuso en 2006 en una jornada de la Vuelta a España con final en Guadalajara. Cruzó la pancarta con 15 segundos sobre el grupo principal, para desbancar del liderato a su compatriota Salvatore Puccio (Sky), incapaz de superar los dos puertos del día, concentrados en el tramo final.

Fue ahí donde se movió el pelotón, aunque la etapa estuvo amenizada antes por una escapada de siete corredores que no fue a ninguna parte. El Sky evitó que culminara el sueño de alguno de ellos. En el ascenso a la Sella di Catona saltó Hesjedal, poniendo en apuros a algunos corredores, entre ellos Wiggins. El Astana de Nibali, Evans y Samuel Sánchez aunaron fuerzas para alcanzar al canadiense. Después, en el descenso una caída eliminó a Michele Scarponi. Hesjedal volvió a lanzarse en la bajada, lo que obligó a Nibali a demostrar su condición de kamikaze. En plena vorágine, Paolini decidió jugarse el todo por el todo en una maniobra valiente que lo iba a conducir a la victoria. El milanés, un veterano novato en el Giro, abrió una brecha de 15 segundos sobre sus perseguidores y grabó un recuerdo imborrable en su mente: ganar una etapa y enfundarse la maglia rosa.