Sevilla-Deportivo · la crónica

Paseo al ritmo del fútbol veraniego (4-1)

  • El Sevilla no necesita siquiera pisar el acelerador a fondo para golear a un Deportivo inferior. Emery tiró de la versión más ofensiva del curso, pero la endeblez del rival le quitó valor empírico a la prometedora idea.

Goleada del Sevilla para espantar las dudas generadas por los dos últimos partidos y también los malos humores que se generan en el entorno cada vez que llega un resultado en contra. El cuadro de Emery no tuvo el menor problema para pasar por encima de un Deportivo que está a años luz de los nervionenses y ni siquiera tuvo mayor trascendencia el fortísimo calor que padecieron los protagonistas en el Ramón Sánchez-Pizjuán, algo que condujo tal vez a un ritmo propio del fútbol veraniego en muchas fases del litigio. Eso sí, fue una pena que la endeblez del rival le restara valor empírico a la apuesta del técnico vasco por la alineación más ofensiva del presente curso, ya que contra un rival así es complicado sacar conclusiones que puedan valer para el futuro.

Porque Unai Emery, en su política de refrescar al equipo cada vez que hay un compromiso intersemanal, volvió a meter a siete futbolistas nuevos en la alineación titular respecto al choque del pasado jueves contra el Rijeka. La diferencia, sin embargo, respecto a anteriores citas se situaba en el perfil de una alineación con apariencia mucho más ofensiva por la sencilla razón de que el intocable Krychowiak descansaba inicialmente en el banquillo para que Banega retrasara su posición algunos metros, concretamente a su sitio natural, para acompañar a Mbia en el doble pivote. Eso, acompañado por la presencia de Deulofeu y Denis Suárez en la línea de tres mediapuntas, le daba un toque mucho más atractivo al equipo en apariencia. No había más que observar la aprobación del sevillismo en las redes sociales cuando se conocía la alineación para saber que el aficionado se sentía satisfecho con la decisión de Emery, pero realmente, a pesar de la goleada, esa prueba carece de un valor empírico debido al escaso nivel del Deportivo. 

El mando del Sevilla en el juego fue absoluto desde el minuto uno hasta el 93. Los gallegos le cedieron la pelota a los locales para situar dos líneas de cuatro por delante de Lux con Álex Bergantiños barriendo entre ambas. Y, lógicamente, Banega y compañía agradecieron que el rival tomara esa postura tan timorata. Entre otras cosas porque el argentino, sin nadie a su alrededor, sí supo llevar el balón de un lado a otro con bastante criterio. Se exceptúa el error que dio origen a la falta que llevaría al Deportivo hasta el empate y el resto del juego de Banega fue bastante prometedor, pues habilitaba las líneas de pase con fundamentos técnicos e incluso iba a provocar la primera oportunidad clarísima de gol, cuando dejó solo a Denis Suárez por dentro con un excelente servicio. El gallego disparó fuera cuando lo tenía todo a favor para marcar.

Eran los momentos previos a que el Sevilla se pusiera por primera vez por delante en el marcador y lo haría con la fórmula mágica que tantos réditos le da a Emery, entre otras cosas porque lo machaca en los entrenamientos. No había más que ver como el técnico le dedicaba el gol a todos sus colaboradores en el banquillo para entender la satisfacción que le producía volver a marcar un gol de esa manera. Córner por la derecha, perfecta ejecución de un Deulofeu que no tiene nada que envidiarle en el golpeo al anterior especialista, bloqueo propio del básket de Carriço a Lopo y Mbia remata de cabeza completamente en solitario al borde del área pequeña. Perfecto tanto en la ejecución previa como en la finalización por parte de un camerunés cada vez más goleador.

El Sevilla se había puesto pronto por delante y eso, con el desgaste físico que exigía el fortísimo calor, era un aspecto que debía ser fundamental para el transcurrir de los acontecimientos. Ni siquiera el hecho de que el Deportivo llegara a igualar muy pronto, con una falta directa magníficamente ejecutada por Medunjanin, alteraría ya el guión de los acontecimientos. Porque Bacca, antes del descanso, se sacaría la espina de un arranque de partido bastante discreto, con múltiples problemas en los controles del balón. Otro magnífico pase de Deulofeu, el hombre que da todos los balones de gol, control del colombiano, Laure toca en su afán por tratar de evitar el gol y lo que realmente hace es ponérselo más sencillo a un Bacca cuya principal virtud fue ésa, hacerlo fácil.

El Sevilla se había ido al intermedio con ventaja en el marcador y eso sí debía conducirlo a una mañana de lo más plácida, sobre todo después de que Emery centrara las ideas e instara a los suyos a apoyarse mucho con el balón para provocar que el Deportivo arrojara la toalla en su afán por recuperarlo, casi siempre sin éxito. El dominio fue incluso mayor en el segundo periodo con un Deportivo entregado, Vitolo pudo anotar el tanto definitivo y quien lo volvería a hacer sería Mbia, quién si no. Buena jugada por el costado izquierdo, pase atrás con calidad de Bacca y el camerunés conecta un disparo durísimo con todo a favor.

Partido liquidado y la opción a partir de ese momento de provocar el disfrute de los aficionados, de conseguir que se olvidara el mal humor por la goleada del Calderón. El Sevilla jugó entonces a gustarse desde la base de retener la pelota con apoyos en corto para que lo viera fácil el futbolista que estaba de cara. Llegaría la gran jugada de Deulofeu para que el catalán le sirviera a Vitolo un gol que puede tener un efecto revitalizante en el canario. También se produciría un penalti mal ejecutado por Bacca para que lo detuviera Lux y un sinfín de acciones claras de gol más que no llegaron a ser transformadas, mitad por cansancio, mitad por desconcentración debido a la clara diferencia en el marcador. El Sevilla, con su once más ofensivo, había pasado por encima del Deportivo sin apretar a fondo, a ritmo de fútbol veraniego.

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