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Paulao y los riesgos controlados

  • El brasileño debuta mostrando virtudes físicas y síntomas de solvencia en un encuentro sin grandes necesidades defensivas · Junto a Mario, corrigió despropósitos, y sin él, se libró de otras obligaciones

Pocas conclusiones pudieron sacarse del debut en el Betis de Paulao, el único refuerzo invernal del equipo de Pepe Mel, que salió ayer en el once inicial del conjunto verdiblanco ante un Mallorca que creó poco desde su gol y que no puso a prueba la solvencia de un central que dejó buenas maneras.

Las primeras jugadas del encuentro dejaron claro que Paulao aportará argumentos sólidos a este Betis para dejar presente su candidatura a la titularidad. Antes de cumplirse el primer minuto de juego, remató en el área rival un balón colgado por Álex Martínez desde el costado izquierdo. Su fortaleza física lo convierte en un arma importante en cada jugada a balón parado. Desde esa acción inaugural, el brasileño apareció siempre en busca del remate para aprovechar cualquier saque de falta que pasaba la línea del centro del campo. No encontró el acierto, pero desveló que algunas carencias pueden solventarse por su potencial físico.

Los primeros minutos marcaron su toma de confianza. Su anticipación en una buena ocasión de Hemed fue clave para que éste no rematara con facilidad, al tiempo que también realizó un cruce veloz en una internada de Pereira por el flanco izquierdo del ataque del Mallorca. Paulao fue testigo de primera línea de la falta de Mario a Hemed que propició el primer gol, aunque su aparición para tratar de frenar al delantero del Mallorca podía ser tardía.

Paulao jugó al lado de Mario. El ex del Getafe condiciona el fútbol de cualquier compañero de zaga al salir al cruce en demasiadas acciones, obligando al resto de la defensa a prever cualquier error en sus anticipaciones. El brasileño asumió un rol más cauto, menos agresivo, ganando las contadas carreras que tuvo que realizar junto a Hemed y Víctor Casadesús. Mel sabe lo que puede aportar y dejó sentado a Dorado para otorgar más fuerza al equipo, aunque desde que el marcador se puso en contra hacía falta más cabeza que poder de intensidad.

En la salida del balón, Paulao no busca virtudes ausentes. Se apoyó en todas las ocasiones en su compañero más cercano, arriesgando lo justo y necesario cuando buscó a un medio centro.

La expulsión de Mario cambió los planes de forma mínima y Paulao se creció ante las obligaciones. Con Cañas a su lado, ganó en confianza y perdió tareas añadidas. Con ello, y con el Mallorca en inferioridad, apareció en muchas ocasiones en el área rival y buscó cada balón aéreo con la esperanza de coronar su debut con el tanto del empate. No lo encontró, pero enseñó sus virtudes en un duelo con poco trabajo y amenazó con hacerse con un sitio por el buen poderío físico que añade a su contundencia en la marca. Su asociación con Mario debe mejorar si ambos pretenden hacer olvidar la presente debilidad defensiva, aunque en la próxima cita el brasileño tendrá una nueva pareja para medir nuevamente su nivel.

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