Villarreal - Betis · el otro partido

Poyet, una víctima más

  • El uruguayo, sin crédito en un proyecto de plastilina, sólo es parte del problema. Planificación retratada y dirigentes que no están a la altura.

Once jornadas han bastado para ver algo que en verano se veía venir, un proyecto de plastilina que salvo sorpresa se va a cobrar a su primera víctima, Gustavo Poyet. ¿Por qué? Porque el Betis no juega a nada, porque ha desenchufado a Rubén Castro, porque no tiene sentido que Dani Ceballos no tenga protagonismo viendo el nivel del resto de centrocampistas y siendo el único que tiene fútbol, porque no cuenta para nada con Bruno, porque Fabián ha pasado de ser titular a desaparecer, cuando tenía que haber sido cedido para foguearse y crecer como futbolista, porque Musonda sigue en Londres y tampoco ha sabido enchufarlo, porque se ha metido en batallas absurdas y, sobre todo, por que no ve el fútbol en el banquillo. No hay más. El fútbol se ve o no se ve.

Poyet tiene culpa, pero la responsabilidad es de quien lo trajo, Miguel Torrecilla, y sobre todo, de los que trajeron al director deportivo. Apuesta fallida del salmantino, cuyos hechos a la hora de confeccionar la plantilla no lo están dejando en buen lugar. Y ya no sólo por esa frase tan conocida que hacía referencia al mejor centro del campo de la Liga después de los grandes, sino porque no ha traído un futbolista que le haya dado un salto de calidad al Betis. La defensa no es fiable, en el lateral derecho sigue habiendo un problema, no hay un creador ni un sustituto de N'Diaye, no hay un extremo zurdo y la apuesta por Sanabria era arriesgadísima y por ahora no está dando resultado. Brasanac, Felipe Gutiérrez, Zozulya... Y Jonas haciendo de ¡organizador! cuando es un centrocampista con llegada, sin olvidar que Petros sigue siendo el referente en la medular de un Betis que ni mucho menos hace que la afición se identifique con su equipo ni juegue bien a la pelota, como dijo, acompañado por el uruguayo, en verano.

¿Tan difícil era haber invertido en cuatro o cinco jugadores que de verdad hubieran elevado el nivel del Betis y no otra vez en una decena de fichajes de perfil medio bajo? Cuatro o cinco jugadores para haber dado uno o dos saltos en el escalón y que acompañados de los Rubén Castro, Ceballos y Adán, entre otros, hubiera permitido al conjunto verdiblanco formar una base sólida sobre la que ir creciendo. Pero, no. Otra vez el fallo de la pasada temporada por el hecho de que sus dirigente no saben de fútbol.

Y esos son los máximos responsables, los señores Ángel Haro y José Miguel López Catalán. Presidente y vicepresidente que están pagando muy caro su desconocimiento futbolístico. No hay más. Ni el pasado, ni la deuda, ni el pacto... No tienen excusas. Ahí están los hechos. Y no sólo lo que se ve en el campo, pues hay más. ¿Por qué tanta prisa para hacer un Gol Sur cuando lo primero es tener un equipo de fútbol consolidado?

Y así todo. El Betis metido en un bucle. Nuevo director deportivo, ilusión, comienza la temporada, el equipo es mediocre, se echa al entrenador, el director deportivo no vale... Pero, ¿y sus dirigentes? Decisión que toman, decisión que fracasa, y ahí están los hechos. Ni campañitas ni nada. Hechos. Por eso, defender este Betis es un sinsentido. Poyet es sólo una víctima, el gran problema es la clase dirigente. ¡Bético, despierta!

Guarismos que reflejan la bandera de la mediocridad

Los números del Betis reflejan la mediocridad en la que se encuentra inmerso y un dato que demuestra esto es el siguiente: el conjunto verdiblanco no recibía 22 goles en las 11 primeras jornadas de una Liga de Primera desde 1965. Pésimos números del Betis de Poyet, que tuvo una trayectoria en el AEK de cinco derrotas en 28 encuentros, mientras que en el Betis suma seis en 11 partidos. Números similares a los de Gabriel Humberto Calderón en aquella ominosa temporada de los 25 puntos.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios