El Ciudad Real dio el primer paso para colocarse en la final de la Liga de Campeones, al ganar en la ida de las semifinales al Hamburgo, por 34-27, en un partido en el que los de Talant Dujshebaev siempre dominaron el juego y el electrónico.
Como brazos ejecutores del ataque ciudadrealeño estuvieron inconmensurables tanto Rutenka como Stefansson, que eran los principales protagonistas a la hora de ampliar ventajas en el marcador y sentenciar a un rival que nada pudo hacer para frenar el potencial local, aunque tendrá una oportunidad en la vuelta.
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