Fútbol l Segunda División B

Reacciona ante el peligro

  • El Alcalá, a pesar de su falta de regularidad, nunca ha caído en descenso, aunque no deberá confiarse en el tramo final de la temporada debido a la dureza del calendario

Irregularidad. Ésa es la palabra que mejor puede definir la temporada que está realizando el Alcalá. El conjunto blanquiazul inició la campaña muy fuerte, pues, incluso, llegó a ocupar uno de los cuatro puestos de play off. Empero, el cuadro panadero empezó a desinflarse a medida que transcurrían las jornadas. Los números del equipo dirigido por Antonio Gil reflejan esa falta de regularidad que debe tener siemrpe un equipo que en este ejercicio tenía como meta lograr la salvación lo antes posible para intentar estar en la zona media alta de la clasificación.

En las primeras diez jornadas de competición, el Alcalá sumó 14 puntos, mientras que en lo que va de segunda vuelta ha logrado dos menos. A priori, todo hace indicar que los alcalareños van a seguir en la misma tónica. Aun así, hay varios aspectos que son claves en la trayectoria del equipo de Alcalá de Guadaíra. El principal está en los malos resultados como local, pues el conjunto dirigido por Antonio Gil sólo ha ganado seis de los 15 encuentros disputados en el Francisco Bono, demostrando una fragilidad que como visitante se transforma, pues a domicilio el Alcalá se muestra como un rival serio y ordenado que al contragolpe suele matar al contrario.

Sin embargo, de poco sirven los puntos logrados a domicilio si en casa no se termina de arrancar. Un claro ejemplo de su irregularidad está en el dato que dice que el Alcalá no ha conseguido enlazar dos triunfos seguidos en las 29 jornadas que se llevan disputadas. En un análisis más profundo, son varios los factores que han llevado al cuadro sevillano a estar en estos momentos en la zona media baja de la tabla, peleando por no caer a los puestos de descenso.

En primer lugar, la falta de pegada arriba. El Alcalá es uno de los equipos menos realizadores del grupo, pues los jugadores de arriba no andan finos. Sólo Armada, con seis goles, está rayando a buen nivel, pues Puntas, David Carmona y Uceda no están teniendo fortuna de cara a la portería. Otra causa está en las continuas rotaciones dentro del equipo, lo que genera duda en los propios jugadores. Además, el estilo de juego del cuadro entrenado por Antonio Gil es más útil lejos de casa, ya que los equipos llegan al Francisco Bono con la idea de encerrarse atrás para acabar con los locales al contragolpe, como ha pasado en más de una ocasión.

El último factor que ha influido en el rendimiento del plantel alcalareño en su feudo es el pésimo estado del césped del Francisco Bono, que tuvo que ser resembrado después de la tromba de agua caída en los meses de invierno. No obstante, todas estas causas no deben servir de excusa a un equipo que parece estar acostumbrado a vivir al límite, pues, a pesar de estar siempre coqueteando con los puestos de abajo, nunca ha caído a la zona de descenso.

Aun así, el Alcalá no debe caer en la relajación en el último tramo de la temporada, ya que tendrá que medirse a rivales de gran potencial que están peleando en la zona alta de la clasificación. A los pupilos de Antonio Gil les quedan cuatro partidos como locales (Betis B, Linares, Écija y Cartagena) y cinco como visitantes (Portuense, Ceuta, Puertollano, Melilla y Águilas), por lo que, a priori, no se le presenta un calendario asequible, ya que se medirá rivales que pelean por conseguir meterse en los puestos de liguilla.

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