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Referéndum sin efecto

  • La cortina de humo preparada por Luis Oliver para cambiarle el nombre el estadio apenas recibe unos centenares de votos en su primer día · El regreso a Benito Villamarín se sitúa por delante de Heliópolis

Si Luis Oliver pretendía un golpe de efecto con el referéndum para cambiarle el nombre al estadio, el primer día de votaciones indica lo contrario. Apenas unos centenares de béticos se acercaron al estadio para depositar una papeleta en la que incluso se podía comprobar lo que cada uno votaba, lo que demuestra que pocos se creen ya ese proyecto que Oliver ha querido vender desde su llegada y que sólo la connivencia del consejo de administración lo mantiene aferrado al poder.

"Con esa decisión únicamente se consigue poner contra la espada y la pared a los administradores, porque se dice que luego habrá que ratificarlo en una junta. Pero, además, es que ahora todo eso no es motivo de preocupación de los béticos, que cuando vamos al campo decimos que vamos al Benito Villamarín. Estamos al principio del final", comenta José Antonio Tirado, presidente de Por Nuestro Betis, quien refleja a las claras la opinión de las plataformas de la oposición.

Y es que hasta en los arcanos de cómo se gestó el plebiscito entra en juego la personalidad de Oliver y el poder que ha adquirido el navarro en los 100 días que lleva en Heliópolis, o al menos así se expresa Antonio Álvarez, uno de los consejeros dimitidos la pasada semana y que vivió directamente el consejo donde se trató este asunto. "No era algo prioritario tal y como está la situación, pero debíamos llegar a un acuerdo. Dijimos que trataríamos la fecha con posterioridad y la sorpresa es cuando al día siguiente Oliver dijo que el día del Girona se votaba, sin contar con nadie", manifiesta Álvarez.

Si la legitimidad de Oliver para estar en el consejo con un escasísimo número de acciones ya está puesta en duda, aún más el hecho de que el club proponga ahora esta medida como cortina de humo de otros asuntos más trascendentales para el futuro de la entidad, como la posible entrada en la Ley Concursal y sus consecuencias o el impago a los jugadores de las cantidades que se les adeudan de temporadas pasadas.

A última hora de la tarde, el club colocó un comunicado en la página web en el que se informó que 733 abonados habían acudido al estadio a votar, lo que refleja el escaso entusiasmo con el que los béticos han acogido la medida. Incluso desde el club se pretendía animar a los béticos para que se manifiesten antes del encuentro. "Desde el club se insta a todos los abonados a que acudan a votar antes del día del partido, para evitar aglomeraciones en los minutos previos al encuentro ante el Girona", decía en el final del comunicado.

Entre los que sí respaldaron el referéndum, la mayor parte se decantaron por el nombre de Benito Villamarín por delante de Heliópolis. Incluso algún ilustre del beticismo como Alfonso Jaramillo, presidente de honor de la Agrupación de Béticos Veteranos, acudió al estadio y se pronunció sobre este asunto. "Creo que se merece que se restituya su nombre para el estadio. Fue el presidente que permitió que el Real Betis Balompié tuviera un patrimonio propio, tras pagarle al Ayuntamiento más de 14 millones de pesetas", apuntó.

El plebiscito continuará desde hoy y hasta el sábado, aunque la respuesta del beticismo ayer no fue la esperada por Oliver y su gente. Y es que la legitimidad de los convocantes es nula.

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