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Respiro o descalabro

  • Sin margen La liga se acaba y tras dos opciones desaprovechadas los de Comas tienen la soga al cuello Decisivo Al cuadro cajista sólo le vale ganar, ya que podría acabar la jornada en puestos de descenso

Asusta pensar qué pasaría si el Cajasol suma su tercera derrota consecutiva. Da miedo, congoja, incluso, imaginar que Estudiantes diese la sorpresa en el Centro Insular de Gran Canaria y que los de Comas mantuviesen la caraja de las últimas semanas, porque en este apretado final de Liga parece que nadie quiere escaparse de la quema. Los sevillanos han tenido dos oportunidades de oro que han tirado a la basura. ¿Irá a la tercera la vencida? Habrá que soñar con una nueva machada a domicilio. Si no, ajústense los cinturones que habrá turbulencias.

La necesidad y la obligación de ganar para los cajistas es máxima. Querían el aliento de un San Pablo lleno ante el Pamesa y defraudaron a los más de 6.000 espectadores que se dieron cita en el pabellón el pasado sábado. Ahora hay que sacar adelante un difícil choque a domicilio ante un rival que está a una victoria de certificar la permanencia. El más difícil todavía. El técnico sevillano ha trabajado, y mucho, el aspecto psicológico, porque, como cuando llegó, es el punto más débil ahora de la plantilla. Eso, claro, sin contar los problemas atrás, el alto número de pérdidas y la dificultad de los pívots para anotar en la pintura.

Las opciones del Cajasol pasan por imponer su mayor acierto ofensivo ante el peor ataque de la ACB. Es decir, que Ignerski mantenga su estado de gracia y que alguien más lo acompañe -llámese Bennett, Ellis o Kakiouzis-, eso sí, todo ello ante la quinta mejor defensa del campeonato y la cuarta en recuperaciones. Las claves del encuentro siguen siendo las mismas que en las citas anteriores, ya que depende de que el Caja sea el que marque el ritmo. Polaris, por fortuna, no es un rival que imponga un fuerte ritmo ni que haga correr al contrario, aunque tiene un juego interior con un hombre de referencia, Lou Roe, que habrá que parar a toda costa.

Para ello la aplicación de los hombres altos es clave. Kakiouzis defiende poco, Betts no intimida y Bueno y De Miguel van por rachas. La aportación de todos es fundamental para parar a un jugador que se ha echado sobre sí el peso ofensivo del Polaris, el peor conjunto en triples del campeonato que basa todo su potencial en la zona, por lo que, una vez más, que el inglés haga valer sus 2,17 metros ante los 2,08 de Trigero y Fajardo, los 2,03 de Kammerichs y los 2,01 del propio Roe. Alguna vez tendrá que ser.

La plantilla hispalense sabe de la importancia del partido. Se conjuraron para ganar en Madrid y acabaron salvando el average contra Estudiantes. Pidieron el apoyo del público para superar al Pamesa y al final no pudieron ni maquillar el resultado. ¿Y ahora? El necesario paso adelante en el campeonato para por un triunfo en Murcia, una plaza donde sólo cuatro equipos han levantado los brazos (Real Madrid, Unicaja, Fuenlabrada y Joventut). Ser el quinto en hacerlo bien puede valer la permanencia.

Pero el Cajasol no juega sólo en el Palacio de los Deportes murcianos. "Eso de no mirar el obligo ajeno" que decía Manel Comas ya no vale, porque si el Caja no es capaz de arreglar esto solo, por lo menos que lo hagan los demás. Otros dos enfrentamientos directo de equipos de la zona baja centrarán la atención de los cajistas, ya que mucho puede depender la salvación de lo que pase en otras canchas. Granada y Ricoh Manresa protagonizan un duelo fratricida en el que, teniendo en cuenta la visita de los vecinos la próxima semana, el uno es el signo más deseado por un Cajasol que también reza porque el ViveMenorca, prácticamente salvado ya, salga triunfante.

Eso sí, todo pasa porque a Estudiantes no le dé por dar la nota en la Feria y sumar ganar en Gran Canaria, ya que el viaje de vuelta desde Murcia puede traer consigo una resaca importante, y no precisamente de rebujito.

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