El Ros Casares tiró de galones, de veteranía y de sus mayores tablas en las finales para superar a un San José que, pese a quedarse sin el título, se confirmó en Sevilla como algo más que una alternativa al dominio de las valencianas y del Perfumerías Avenida. Las leonesas perdieron la final de la Copa de la Reina, pero han ganado en confianza, y ahora, sin duda, se presentan como candidatas a una cota mayor: la Liga.

Con el precedente del último encuentro de la competición regular encaraba el San José el choque (73-71). Las aspirantes fueron las primeras en golpear con un 0-5 de salida. El Ros, que disputaba su cuarto encuentro en esta semana, reaccionó a sabiendas de que había que frenar desde el inicio el vendaval castellano, pues ya había tomado buena nota de lo que le ocurrió al Perfumerías en las semifinales. La igualdad sobre la pista tuvo su justo reflejo en el marcador al final del primer cuarto (19-19).

Miguel Ángel Estrada, técnico del León, mantuvo la defensa en zona que tan buenos resultados le estaba dando -pese a no usarla ni un minuto en el anterior partido-, pero la maquinaria taronja comenzó a despertar. Lucila Pascua, uno de los referentes interiores del San José, se fue al banco con dos faltas y las valencianas dieron el primer tirón aprovechando su mayor altura (27-21). Pero la brecha se quedó en fisura, en un mero espejismo, porque Lima y Cohen no dieron opciones a su rival y en un momento pusieron las cosas de nuevo en su sitio.

Las leonesas, que por primera vez jugaban una final de la Copa de la Reina en sus exiguos cuatro años en la máxima categoría del baloncesto femenino, no estaban dispuestas a dejar pasar una oportunidad única de reescribir su propia historia, y nunca dejaron de batallar y correr, pues físicamente se encontraban mejor y el encuentro podría decidirse por ahí. El toma y daca constante se mantuvo en el segundo cuarto, con María Revuelto acaparando el protagonismo castellano-leonés y Elisa Aguilar dando respiro al campeón desde la línea de 6,25 metros, y al descanso se llegó con mucho que jugar (36-35).

Un triple de la norteamericana Douglas y el poderío interior de Milton distanciaron a vuelta de vestuarios a un Ros dispuesto a sentenciar el partido, pero el pobre porcentaje de ayer en tiros libres lastraba una y otra vez a las de Manolo Real cada vez que intentaban dar un pequeño tirón. El San José estaba muy vivo y, a diferencia del duelo de cuartos y semifinales, la responsabilidad en ataque se repartió más y no recayó únicamente en Feaster y Cohen, que siempre tenían encima a una defensora. Así, como no podía ser de otra forma, se entró en los últimos 10 minutos con un emocionante 57-55.

Los nervios y las precipitaciones se hicieron presa entonces de ambos conjuntos. Las valencianas, más experimentadas en estas lides, aprovecharon los errores de las leonesas para dar un paso que parecía definitivo hacia el título (62-55). La hispano-rusa Tornikidou, desaparecida en el tercer parcial, resurgió para hacer una canasta casi definitiva a poco más de dos minutos para el final (68-60). Pero la MVP del torneo, Liron Cohen, tenía algo que decir aún. Un triple imposible contra tablero de la base israelí apretó el marcador (68-66) con 37 segundos por delante. El posterior ataque del Ros acabó con fallo, dándole la opción al San José de levantar la Copa. Cohen tomó la responsabilidad. Primero buscó el triple, pero la buena defensa del Ros le obligó a entrar a canasta en busca de la prórroga. El aro escupió el balón y el campeón volvió a levantar la Copa de la Reina en Sevilla.