Al escuchar el pitido final, Juan Merino sintió un enorme alivio. Y no tardó en reconocerlo. "La verdad es que sí, que ahora respiro", reconoció el entrenador del Betis con rostro sincero y todo sosegado. No era para menos. El Betis acababa de conseguir "una victoria muy importante", como repitió en no pocas ocasiones el linense.

"Pero no nos podemos acomodar. Quedan muchos partidos. El objetivo no está matemáticamente conseguido, pero sí que estamos un poco más cerca", comentó el técnico verdiblanco, obligado, al igual que el resto de jugadores, a dar lo mejor de sí lo que resta de temporada. El motivo: "Defendemos los colores del Betis y hay que estar lo más arriba posible".

El triunfo ante el Levante dejó los tres puntos en casa para satisfacción de Merino, "muy contento con la actitud de los jugadores". No obstante, como también reconoció el técnico, actitud y actuación no fueron en este caso de la mano: "En el juego estuvimos peor que en otros partidos. A lo mejor lo más justo hubiera sido un empate, pero quizá el día del Rayo o del Sporting fuimos nosotros los que merecimos ganar".

Preguntado por los pitos a Joaquín, el gaditano reveló que la relación entre ambos mejoró en los últimos días y pidió paciencia a la afición, pues "tarde o temprano cogerá la forma". "Lo felicité porque dio todo lo que tiene. ¿Qué va a estar mejor? Seguramente. Le va a dar muy buen rendimiento al Betis. Cuando se tiene cierta edad cambiar el chip es difícil, pero él lo está haciendo. Esta semana mi relación con él fue superbuena, a lo mejor la semana pasada cuando no lo convoqué no estaba contento", indicó.

En línea con lo anterior, Merino también comentó que tras hablar "ciertas cosas el lunes con los jugadores", la plantilla "está más unida que nunca".

Por último, alabó una vez más el increíble acierto de Rubén Castro: "Estoy muy agradecido de su compromiso y comportamiento. Nos está dando la vida. Siempre está en el sitio exacto y eso es un don".