Desde mi córner

Un Rubiales-Tebas a nivel ecuménico

  • Como en nuestro país, la relación entre los presidentes de FIFA y UEFA es semejante

Jugar un Mundial cada dos años sería darle un estoconazo al invento. Y en esas anda Gianni Infantino, el presidente de la FIFA, que lo mismo idea semejante cosa que apoya a Florentino y Agnelli en su lucha por una competición exclusiva para muy rico. El apoyo a la Superliga se une a la pretendida bienal mundialista en esa lucha que el letrado italo-suizo mantiene con su homólogo continental, el esloveno Aleksander Ceferin.

Insistiendo en que el fútbol debe estar hecho de materia indestructible para sobrevivir como sobrevive a tantas luchas intestinas y a tantos egos como lo manejan. Querer un Mundial cada dos años es quitarle importancia a un evento que tiene gran parte de su importancia en que se celebra cada cuatro años (Kilian Mbappé dixit) y acortar su alternancia sería minimizarlo. Y es que las cosas verdaderamente importantes no pueden suceder cada dos por tres.

Esta lucha en la cumbre entre el que rige el fútbol ecuménico y el que maneja el europeo tiene bastante parecido con el pulso que mantienen Luis Rubiales y Javier Tebas en nuestro país. Si uno dice negro, el otro replica que blanco y que al fútbol le vayan dando por do más pecado hay. Son personajes que quieren poner su huevo, aunque no sea tiempo de ovar, pero el fuero es el fuero y hay que dar la sensación de que el mando es exclusivo y no compartido.

Tanto la Superliga como la Bienal mundialista apesta desde muy lejos a un afán recaudador sin que, hasta la presente, se haya consultado para nada con los futbolistas. Algo tendrían que decir los auténticos protagonistas del juguete cuando lo que se trata redunda en una mayor intensidad del calendario. No creo que prospere ninguno de los dos proyectos, pero lo que sí sería deseable es que los que encabezan las instituciones se pongan de acuerdo en algo alguna vez.

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