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Sesión golfa en la isla (75-59)

  • El Cajasol cae con estrépito lastrado por su mala defensa y un pésimo tercer cuarto en ataque, en el que tardó ocho minutos en anotar.

Un partido de ACB a una hora golfa para el equipo más joven de la Liga no podía salir bien. Y no salió. El Cajasol fue barrido de la pista por el CB Canarias, que hizo despertar a su rival de un sueño copero que el conjunto tinerfeño agarra con fuerza.

Quizá por eso de que los Reyes Magos están a punto de llegar el Cajasol hizo tantos regalos en defensa en la primera parte, en la que los locales encontraron muchas veces, demasiadas, posiciones cómodas de tiro, ya sea desde el perímetro o aprovechando la puerta atrás de un Sikma que tenía mil ojos y acabó con seis asistencias (más ocho puntos) los primeros 20 minutos. No está mal para un ala-pívot. El cuadro hispalense, en ese periodo, sólo sumaba tres entre todo el plantel.

Sin su mejor arma, la defensa, pronto se vieron los pupilos de Aíto García Reneses abajo en el marcador y dos triples de Rost y Saúl Blanco comenzaron a abrir la primera brecha (12-4). Y es que el Cajasol ni funcionaba atrás ni en ataque, atascado en estático y sin la posibilidad de correr, al contrario que el rival, que jugaba con total comodidad. Cuando el técnico sevillano apostó por meter centímetros en la cancha (empezó el partido con Landry, Mata y Hernangómez) con Balvin y Porzingis, las fuerzas se equilibraron un poco (16-10), pero la fragilidad en la retaguardia y los continuos regalos, esos que permitían a los isleños dejar esas fáciles bandejas bajo el aro que tanto enfadan a un entrenador, unido a que algún cajista no se enteraba de que se estaba disputando un partido de verdad, hizo que los de Alejandro Martínez aumentaran de nuevo su ventaja con facilidad.

Incluso con su segunda unidad en la pista, con los Bivià, Chagoyen, Heras o Fajardo, el Iberostar dominaba a placer aunque, por fortuna, no acaba de romper el encuentro, la mejor noticia para un Cajasol que no se encontraba a sí mismo en Tenerife. Y eso que Sekulic, MVP de diciembre y jugador más valorado de la ACB, no llegaba a marcar diferencias. De esta forma, sin hacer ruido (ni merecerlo), Bamforth, horrible en el tiro ayer, colocó a los suyos a tiro de piedra, a seis puntos (32-26), pero el espejismo desapareció pronto y en los tres minutos que restaban para el descanso Sikma abrió de nuevo la defensa cajista y el equipo sevillano llegó a los vestuarios nueve puntos abajo (41-32). Y gracias.

Haciendo un pésimo encuentro en defensa, el Cajasol estaba aún en el partido. Milagro. Pero lo peor estaba aún por llegar. La arenga de Aíto debió entrar por un oído de los jugadores y salir por el otro, porque la pájara hispalense fue a más. Ahora también en ataque. Atasco monumental. Tanto que la primera canasta, y desde la personal, llegó a 1.54 minutos del final del cuarto. Los ocho minutos previos los supo aprovechar el Iberostar para finiquitar el duelo de una vez, y para cuando Satoransky acertó desde la línea de los 4,60 metros los locales ya ganaban por 22 puntos. Tan plácido fue el partido que Alejandro Martínez le dio más minutos que nunca a los menos habituales, signo inequívoco de las facilidades ofrecidas por los visitantes.

Del desastre no se salvó nadie. Mata, desenchufado; Bamforth, sin puntería ni fuerza, porque muchos de sus tiros tocaban el aro ayudados por soplidos; Sastre, despistado; Balvin, fallón; Franch, revolucionado; Landry, a lo suyo. Puede que Satoransky, por sus puntos y por el orgullo mostrado por la humillación, se salvase de la quema. Como los toreros con más vergüenza, Porzingis y Hernangómez, que, sin brillar, pelearon en defensa y sumaron en ataque. Lo mínimo exigible.

Con 60-39 el pescado estaba vendido con 10 minutos aún por delante. Y se produjo lo esperado. Los locales, sin sus mejores jugadores, se gustaron tanto que se relajaron y el cuadro hispalense aprovechó la oportunidad para maquillar un encuentro que puso al Cajasol en su sitio. Soñar es, de momento, imposible. Pasito a pasito hay que amarrar la permanencia y esperar que haya un equipo, con o sin el apoyo de CaixaBank, el próximo curso. Hay jugadores jóvenes con talento a los que este partido  les servirá para curtirse, pero mientras tanto tendrán que lamerse las heridas por una dura derrota que debe escocer lo suficiente para que la jornada que viene, ante el Río Natura Monbús, el orgullo y la casta salga a relucir.

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