El Valencia está viviendo un nuevo seísmo tras la dimisión de Juan Bautista Soler como presidente del Valencia, si bien continuará controlando el club, ya que sigue como máximo accionista de la entidad. El dirigente adujo problemas de salud para dejar el cargo, que será ocupado por Agustín Morera, hasta ahora vicepresidente ejecutivo. Soler accedió a la presidencia el 5 de octubre de 2004 y durante estos tres años y medio el Valencia no ha ganado un solo título, ha tenido cuatro entrenadores y cinco directores deportivos y se ha embarcado en la construcción de un lujoso nuevo estadio.

Así, el Sevilla se encontrará un ambiente muy enrarecido en Mestalla, después de los sucesivos episodios que ha vivido el club levantino tras el cese de Quique Flores y el obligado ostracismo de Cañizares, Albelda y Angulo con la llegada de Ronald Koeman, que acabó incluso en los juzgados. La dimisión de Soler no ha hecho sino aumentar el estado de crisis.

Tras dos horas de reunión del consejo de administración, Soler compareció para hacer pública su "decisión irrevocable de dimitir como presidente y consejero" porque su estado de salud no le permite "dedicarle al Valencia el tiempo que su proyecto requiere". El ya ex presidente y máximo accionista con alrededor de 70.000 títulos afirmó que garantizará "la paz accionarial para dar tranquilidad al proyecto deportivo y al del nuevo estadio". "Como máximo accionista velaré para que todos los proyectos iniciados sean una realidad", señaló, al tiempo que garantizó "la autonomía de gestión de los consejeros del club".