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El Sevilla sobrevive a la montaña rusa del Barça (2-1)

  • Gil Manzano reengancha al Barcelona a un partido que debió ganar en el primer tiempo y que perdió en el arranque del segundo. El primer triunfo de Emery ante los azulgrana da paso a un parón muy necesario.

Si algo necesitaba este Sevilla para volver a creer en sí mismo, para que Emery recuperase su línea y para que su parroquia no se le volviera en contra era ganarle al Barcelona. El técnico no lo había conseguido nunca y la semana se antojaba Tourmalet con los dos últimos finalistas de la Champions en menos de cuatro días. Triunfo sufridísimo que bien pudo no suceder pero el Sevilla sale de abajo, se impulsa aún recuperando piezas y alcanza el parón con menos urgencias y la convicción de que el camino irá a mejor.

Pero eso después de noventa y pico minutos muy complicados parados equipos físicamente al límite. Y encima el Barcelona planteó un partido intenso. A ver quién puede más. Quién cede primero. Marcar antes era medio triunfo porque la situación física de ambos era apretadísimo, sin apenas banquillo ni recursos. Ni gasolina, por supuesto.

Y ocurre que este Barcelona sin Messi y sin Iniesta tira de Neymar para poner en jaque a un Sevilla fatigado de salida. Emery prescinde de Reyes y Konoplyanka, recupera a Vitolo e introduce a Iborra respecto al equipo de la triste figura de Turín. Ninguno de los dos, desde luego, dio su mejor versión, pero de nuevo Emery situó a Krohn-Dehli en el sitio correcto y, además de secar a Sergi Roberto, proyecto gran parte del juego ofensivo del Sevilla apoyado en un Gameiro cuya velocidad sacó de sus casillas a Piqué y Mathieu.

Gameiro descuadraba la defensa barcelonista. Un saque de Rico lo bajó Iborra para que Krohn-Dehli dejara solo a Gameiro, que recortó a Bravo sin conseguir que el portero le tapara el tiro posterior.

Neymar, dijimos, tiró del Barcelona y sus idas y venidas se convirtieron en puro temor en la zaga local. Sin un gran juego, el equipo de Luis Enrique dominaba el arranque y únicamente las ayudas defensivas y las paradas de Sergio Rico evitaban el gol visitante, pues de nuevo el Sevilla concedía gran cantidad de llegadas y disparos. Bueno, eso y una falta lanzada por Neymar que pasará de móvil en móvil como ejemplo de jugada afortunada, pues tras dar en el palo y en la espalda de Sergio Rico fue botando por la línea de gol hasta que al palo contrario llegó Come para evitarel gol de Piqué y Andreolli para que Suárez no encontrara portería sin ángulo. Increíble, y determinante, golpe de suerte.

Con gran dificultad para sacar el balón, el crecimiento de Tremoulinas arriba y la omnipresencia de Krohn-Dehli permitieron al Sevilla aguantar el pulso y empezar a dibujar otro partido, mucho más optimista, instalando en el imaginario del sevillista que si no se le metía mano a este Barcelona...

La pausa era unbien necesario para el Sevilla, que no encontraba la forma de decantar a su favor un partido que pintaba inquietante. Los centrales no terminaban de imponerse,Krychowiak daba serias muestras de cansancio, a Vitolo le falta ritmo y sólo Krohn-Dehli y Gameiro mostraban las debilidades azulgrana.

De hecho, en apenas 15 segundos del segundo tiempo se pone de gol Gameiro, en fuera de juego, y el Sevilla inicia apenas quince minutos sobresalientes de intensidad y determinación. Y goles, pues llegando mucho menos que el Barcelona hizo muchísimo más daño.

De entrada, una recuperación en campo propio de Krychowiak la conectó Vitolo con Gameiro, que dejó atrás a Mathieu para centrar, y aunque Iborra no llegó aparció solo Krohn-Dehli para bator a Bravo con rabia. Minutos 53 y apenas cinco después un centro del danés deja solos ante Bravo a Iborra y a Gameiro. Mientras el francés dibuja una chilena el levantino peina de cabeza ajustado al palo para lograr el 2-0 y poner el Pizjuán boca abajo.

Ahí se quedó el Sevilla, que esperaba su ocasión  pero seguía concediendo demasiado. Tanto, que Neymar tuvo tres tiros claros en un minutos con tres enormes intervenciones de Segio Rico. Emery no espera, mete a Reyes y Llorente por Iborra y Gameiro pero el Sevilla empeora claramente.

Empeora por dos motivos: los cambios no terminan de darle salida al balón ni proyección arriba, y además Gil Manzano pita un penalti discutidísimo, y sin dudarlo siquiera. Un disparo lejano da en el brazo de Tremoulinas mientras éste se gira y repliega el brazo (algo que ya ni se está sancionando) y además da la impresión de estar al límite del área (por no decir que el brazo estuviera fuera). El penalti lo transforma Neymar y devuelve al Barcelona a un partido que tenía perdido. Por si no hubiera sido suficiente el distinto rasero con las tarjetas, un penalti tan peculiar, pues...

De ahí al final el Sevilla fue puro sufrimiento, terrible, e incluso el Barcelona debió empatar enun servicio de Luis Suárez que Sandro estrelló en el palo. El marcador ya ni se movió y el Sevilla celebró un triunfo notable, pero que el parón liguera era muy deseado sigue siendo evidente y las estrecheces físicas y futbolísticas del Sevilla de estas semanas bien pudieron estropear un triunfo tan celebrado (el primero de Emery ante el Barcelona en toda su carrera como técnico) como factible viendo el escueto elenco disponible por Luis Enrique, que ni siquiera agotó los cambios ante la falta de elementos por la combinación entre su sanción FIFA y las lesiones. Pero hablarle de lesiones a este Sevilla es una ordinariez que no puede restarle mérito en absoluto.

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