fútbol lLiga BBVA

Simeone arriesga su condición de ídolo

  • "Me encantaría ver un equipo fuerte y aguerrido, lo que nos identificó siempre, tener claro a qué jugamos", dijo el técnico

Cada afición tiene un ídolo. Olvidados Kun Agüero y Diego Forlán, la hinchada del Atlético de Madrid se encomienda a su nuevo entrenador, el argentino Diego Simeone, que encara el reto arriesgando la veneración que siente la grada por él.

"Como jugador cumplí una etapa y ahora llego como entrenador con otra responsabilidad", aseguró Simeone durante su presentación en el estadio Vicente Calderón, lugar que fue su casa en dos periodos: de 1994 a 1997 y de 2003 a 2005.

El técnico llega como el salvador del naufragado Atlético de Madrid, décimo en Liga y eliminado de la Copa del Rey. Se espera de él que insufle al equipo aquello que le sobraba como jugador: alma, orgullo y carácter. La afición está encantada con la llegada del argentino, que se acordó de sus más fieles seguidores en su presentación. "Tenemos que transmitir desde abajo lo que la gente quiere en la grada", precisó.

Y el técnico tiene claro cuál es el pegamento que une las butacas del Calderón con el equipo. "Me encantaría poder ver un equipo fuerte, agresivo, aguerrido, contragolpeador, veloz, lo que nos identificó siempre, tener claro a qué jugamos, la historia nuestra es eso".

El argentino es conocedor de lo que quieren los simpatizantes rojiblancos desde su primera etapa en el Atlético, cuando logró en 1996 el doblete (Copa del Rey y Liga). Él abrió el marcador en la última y definitiva jornada, saldada con triunfo ante el Albacete y con el ansiado título. Simeone fue pieza clave en aquel Atlético. Encajó a la perfección con la clase del serbio Pantic, el olfato de Kiko Narváez y el temple del ahora director deportivo José Luis Pérez Caminero.

Sus dotes eran otras totalmente distintas a las del resto, labrándose una leyenda a base de orgullo, sacrificio y raza.

La afición actual sabe que el brasileño Diego y el turco Arda Turan tienen calidad y es conocedora del gol que guarda el colombiano Falcao. Sólo falta alguien que imponga carácter y, desde la grada, no ven a otro mejor que Simeone, de 41 años.

"Tenemos que recuperar un poco de lo que siempre tuvimos", dijo el ex entrenador de Racing de Avellaneda.

Enrique Cerezo, presidente del club, afirmó que la entidad confía en el Cholo para enderezar la nave rojiblanca. "Tiene un gran carácter para llevar al equipo donde queremos que esté". Para ello, el argentino estará acompañado en el banquillo por otro ex jugador y compatriota, Germán Burgos.

"Esperemos que dure mucho tiempo", deseó Caminero, compañero del argentino en la cancha en 1996 y sabedor de lo complicado que es el banquillo atlético, por el que han pasado 52 entrenadores en los últimos 25 años.

Simeone ya ha despertado el entusiasmo de la directiva y de la afición rojiblanca, que ayer se agolpó en la puerta del estadio para recibirle. Fue un héroe del doblete. Su nombre se coreaba hasta en su ausencia. Ahora es el salvador. A partir de mañana, el ídolo arriesga su papel. Los resultados serán los que confirmen su condición o los que lo transformen en villano.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios