En el vestuario verdiblanco nadie es capaz de explicar lo que le ocurre al equipo en los tres últimos años y que le vuelve a llevar a pelear por el descenso. Ayer, Somoza apuntó una nueva causa para intentar explicar lo que le sucede al equipo verdiblanco.

"No es un problema de actitud, porque a nadie le gusta perder. Pero quizás nos falte hablarnos o tomar la iniciativa en determinados momentos para realizar lo que cada uno vea en el campo. Es culpa de todos y no se puede hablar de un solo jugador. Algunas veces uno no tiene su día y le sale todo mal", admitió Somoza, que también reconoció que no es fácil encontrar las soluciones adecuadas: "Si las tuviera, las diría y ya no habría problemas. Es difícil explicarlo. Cuando jugaba contra el Betis veía la calidad de este equipo y no me lo explicaba. No son cuestiones que dependan de los entrenamientos, sino que son fallos individuales que pagamos caro. Aquí se llevan dos o tres años que pasa lo mismo y pasaron muchos entrenadores".

De la misma opinión que Somoza era Capi, que apunta más a un problema de la plantilla que a Cúper, a pesar de que los resultados siguen sin llegar. "La culpa es más de los jugadores que del entrenador. Cometemos fallos individuales y ahí el técnico poco puede hacer", comentó el camero, que, a pesar de todo, confía en una reacción del equipo: "No lo veo peor que en las dos últimas temporadas. La plantilla se entrena muy bien y tiene más seguridad que el año pasado, pero se siguen cometiendo los mismos fallos infantiles".

Capi ha desaparecido de las tres últimas convocatorias de Cúper y el bético espera revertir esta situación en los próximos partidos, partiendo desde su trabajo diario. "Me sorprendió quedarme fuera el día del Zaragoza, porque ante el Barcelona había tenido unos problemillas. La semana pasada me lo imaginaba, porque uno ve los entrenamientos y sabe cuándo está para jugar", declaró Capi, que apunta una clave para la reacción: "Nos falta tener una regularidad y enlazar dos o tres victorias consecutivas".