Cai zaragoza-cb sevilla · la crónica

Sublime sentido común (97-99)

  • El CB Sevilla resuelve un partido psicológicamente durísimo tras dos prórrogas y deja el farolillo rojo La coherencia deriva en recompensa.

¿Por dónde empezar a contar un partido que deja sin voz y con los nervios desatados a más de uno? ¿Mejor hablar de lo bueno o de lo mejor? Por orden. 

El CB Sevilla ganó en Zaragoza tras dos prórrogas un choque de infarto y muy duro psicológicamente. Eso significa no sólo que engancha dos triunfos seguidos, un botín después de sumar sólo tres en 18 jornadas, sino que abandona el último lugar de la clasificación. Vaya alivio. 

Lo sublime es que desde que el equipo tiene un entrenador hecho y derecho las aguas han vuelto al cauce de la pasada campaña, primando valores como la solidaridad, el juego colectivo, la (mucho) mayor producción de los interiores y el regreso del mejor Radicevic. Con esas virtudes y un aplomo que recordó a otros tiempos la recompensa se hizo carne. 

La plantilla no arroja la toalla y sabe que de algún modo la supervivencia de una entidad hecha trizas en sólo unos meses pasa por sus manos. La responsabilidad es tremenda, pero los chicos han aceptado el reto, si todos reman en el barco en la misma dirección y no se ponen chinitas en el camino que lo impidan. 

Debió vencer del mismo modo que pudo caer por cierto pánico que asomó en varios tiros libres decisivos -¡qué lanzamiento no lo es al final del encuentro o en el tiempo extra!- y esta fantástica noticia tras la agonía vivida no puede ser más que positiva para el grupo, reforzado con la victoria y con la evidentísima evolución, para el club, pálido y desgobernado durante meses, y para la afición, que necesita insuflar ánimos al equipo y a sí misma para ayudar a salir del hondo agujero. 

"Lo fácil", dijo José Luis Galilea en la rueda de prensa de presentación de Penney -nefasta mañana la suya (-10), por cierto, pero alguna alegría seguro que dará-, "era llegar dejarlo y todo igual". No, señor. Era lo coherente y lo acertado tras una campaña de campanillas de un plantel jovencísimo y con una proyección fabulosa. Y son los pocos chicos que siguen en San Pablo (Radicevic, Porzingis, Balvin y Hernangómez), acompañados por el implicado Berni, por el fajador Oriola, por el valiente Woodside y por el recuperado Byars, quienes están reflotando el barco, que zozobraba camino al abismo. 

El agradecimiento de Luis Casimiro a Aíto nada más aterrizar por el trabajo con los interiores surte efecto. A pesar de los colegiados, que hilaron muy fino en bastantes faltas a los pívots visitantes, el cuarteto salió de Zaragoza con 50 puntos de los 99 del CB Sevilla. Roth no daba un euro por ellos y el nuevo técnico apuesta decidamente por su calidad. 

El choque tuvo de todo: desde un inicio desconcertante (11-0, minuto 4) a una serenidad a prueba de bombas para encarrilar la contienda en el segundo cuarto (23-23, minuto 14); del empujón del CAI tras el descanso (43-37, minuto 24) al triple de Berni en el último periodo que puso el partido de cara (58-64). En ese momento, el conjunto local, maniatado por la mala racha, parecía noqueado, pero entre Lisch y Goulding lo rescataron. 

Aun así, Balvin, fino en los tiros libres y en un lanzamiento a tres metros tras suplir al eliminado Hernangómez (minuto 34), dejó en seis de nuevo la ventaja con cerca de 180 segundos aún de tiempo reglamentario. Radicevic, portentoso, cometió falta en ataque y su ex compañero Landry salvó la cara con un triple. En cualquier caso, seguía tres arriba en el último minuto el grupo de Casimiro cuando no cesaron los tiros libres en uno y otro lado. Llompart igualó a 75 y Berni no acertó en el último tiro. 

Primera prórroga. Arrancó con tensión y pocos puntos hasta que Goulding atinó con una canasta de tres (82-79, minuto 44). Radicevic, niño hecho hombre en San Pablo, metió dos tiros libres y luego un triple desde su casa, más otro lanzamiento de personal a 13 segundos (82-85). Los colegiados pitaron falta a Oriola en un tiro de tres de pillo de Jelovac -habría que ver si lo sancionan igual a un equipo grande-, quien equilibró a 85. Con cuatro segundos para los visitantes, el caliente Radicevic buscó y erró el lejano lanzamiento. 

Segunda prórroga. El serbio estaba incandescente. Una canasta y un dos más uno del base precedieron a un triple de Byars (86-93, minuto 48). Al fin el partido quedaba sellado. Error. Porzingis, con un extraordinario rendimiento, cometió pasos tras canasta de Robinson. Sastre clavó un triple y después palmeó el segundo tiro libre fallado por Landry: 95-95. 

Ni así el CB Sevilla se rindió. Woodside coló un lanzamiento desde la línea de 4,60 y Berni le birló providencialmente la bola a Sastre antes de que Byars sumara otros dos puntos desde la personal (95-98). Goulding acercó a uno a falta de 10 segundos, Berni dejó el marcador en 97-99 y el CAI falló sus dos últimas opciones. 

Hubo justicia poética con un bloque maltratado y fue la demostración palmaria de que el equipo es otro simplemente recurriendo a un entrenador, al sublime sentido común. El camino es largo, pero con luz se va más seguro.

Ficha técnica:

97 - CAI Zaragoza (19+19+11+26+10+12): Lisch (15), Sastre (15), Pére Tomàs (4), Landry  (13), Norel (5) -cinco inicial- Llompart (4), Katic (12), Robinson (2), Goulding (10), Fontet (-) y Jelovac (17).

99 - CB Sevilla (11+20+17+27+10+14): Woodside (11), Penney (-), Berni Rodríguez (10), Oriola (10), Balvin (10) -cinco inicial- Byars (10), Radicevic (18), Porzingis (17) y Hernángómez (13).

Árbitros: Peruga, Redondo y Planells. Excluyeron por personales a Hernangómez (min.34), Lisch (min.40), Oriola (min.47), Porzingis (min.49) y Llompart (min.50).

Incidencias: partido correspondiente a la vigésima jornada de la Liga Endesa disputado en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza ante 7.659 espectadores.

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