Con velocidad y a la contra. Con estos dos ingredientes formuló el Sevilla de Unai Emery el choque ante el Rayo Vallecano y así se mantuvo durante toda la primera parte, en la que Bacca estrenó el marcador a los ocho minutos del inicio. Pese a que ese ritmo frenético de los primeros minutos se fue apaciguando ante un Rayo que se reivindicaba en busca del empate, los rojiblancos supieron mantener el resultado a su favor haciendo gala de una buena efectividad y solvencia en defensa. 

Sólo ocho minutos necesitó Bacca para hacer daño a un Rayo dubitativo y que no se encontraba cómodo en el terreno de juego desde el incio. La defensa local fue sorprendida por un pase largo de Nico Pareja que el instinto de Bacca hizo que subiera al marcador el único gol de partido tras un remate de cabeza a puerta vacía y ante un error de comunicación entre Antonio Amaya y Cristian Álvarez. El 2-0 pudo llegar doce minutos después de otra contra iniciada esta vez por Reyes, que volvió a ser titular en Liga, que dio un pase excepcional a Vitolo pero cuyo disparo se encontró con el defensa local Cristian.

Fue entonces cuando el Rayo reaccinó en busca del empate y empezó a crear peligro por la banda derecha, llegando a catapultar los dos primero tiros a puerta de los locales de la mano de Quini. 

Tras la reanudación, Leo Baptistao, con un disparo cruzado, y Kakuta, con un remate que sacó Beto, levantaron los ánimos de la parroquia rayista, que empezó a creer en la remontada ante un Sevilla cada vez más conservador y dispuesto al contraataque pero que pudo ampliar su diferencia con un tiro de Vitolo que salió rozando el palo derecho de la portería de Cristian Álvarez. En uno de sus ataques de valentía, Paco Jémez, técnico del Rayo, realizó un doble cambio muy ofensivo pasando a jugar con tres defensas y un triunvirato arriba formado por Manucho, Leo Baptistao y Gael Kakuta, aunque el que más galones asumió para el ataque fue el lateral izquierdo argentino Emiliano Insua, que puso varios centros de mucho peligro para la zaga sevillista. 

Con este nuevo planteamiento del rival, el Sevilla, salvo en algún disparo lejano de Diogo o Vitolo, iba perdiendo opciones de marcar, algo que sí demostró el Rayo, que pudo igualar la contienda a los 85 minutos con un remate de cabeza de Manucho que se marchó alto y terminó el choque encerrando al Sevilla en su área, atacando incluso con su portero.