Liga endesa

Sufrir para no padecer (86-80)

  • El Caja logra su undécimo triunfo sudando ante el colista y deja casi atada la salvación. El equipo está hecho y sin presión debe mirar arriba.

Se puede ganar con autoridad, dominando al rival, incluso al segundo clasificado de la Liga en su cancha, como la pasada jornada, o sufriendo ante el colista y sacando el choque a base de esfuerzo, sudor y bajando el culo en defensa en la segunda parte, como ayer. Da igual, porque al final valen lo mismo, aunque la victoria del CB Sevilla sobre el Gipuzkoa dejó a más de uno el regustillo, pese al sufrimiento, de tener ya la salvación en el bolsillo y la ilusión de que sin tanta presión el equipo todavía puede dar alguna alegría más.

Todo suma, igual que el hecho de ganar un choque igualado que en la primera vuelta se lo hubiesen llevado los visitantes, como hicieron, por ejemplo, el UCAM Murcia o el Bilbao Básket. Pero este Caja, cocido a fuego lento por Luis Casimiro, tiene empaque. Es un equipo hecho, capaz de reaccionar ante las adversidades y las trabas que le puso un Gipuzkoa capaz de sacar del partido a Balvin, pero no a Bamforth y Hakanson, que a golpe de triples en el último cuarto noquearon a un rival que en la primera parte puso más intensidad y ganas sobre el parqué, pero al que le faltó en la recta final acierto, decisión y, según su técnico, Porfi Fisac, Txemi Urtasun. Porque el choque se movía en un puño cuando el escolta se lesionó la muñeca al caer tras un choque con Jordan. Se fue al vestuario y no volvió. Lo último que hizo fue meter un triple que contestaba otro de Alfonso Sánchez, pero por mucho que el entrenador de los donostiarras dijese en la sala de prensa que con el navarro, sobreexcitado en su vuelta a San Pablo, hubiesen ganado, para entonces los locales ya habían hecho lo más difícil: imponer su defensa y ritmo de juego y recuperar el mando (71-69) pasándole la presión al conjunto vasco.

Y eso que le costó al cuadro hispalense, incapaz de mover la bola como hizo en la Fonteta. Los continuos cambios del Gipuzkoa y las ayudas para evitar el pick and roll de Balvin hacían que en los ataques locales primaran las acciones individuales, mientras que enfrente el gran acierto desde el triple hacía daño a la feble defensa cajista: 4/7 en el primer cuarto, con Landry tirando de los suyos como hiciese en su día cuando vestía de verde. Doblas, por entonces, desesperaba a Balvin y Jordan lo sustituía para intentar cambiar la dinámica a segundos del final del primer cuarto. Hubo quien apostó cuánto tiempo tardaría en hacer la primera falta, pero aguantó hasta el descanso sin problemas porque ni él ni sus compañeros apretaban atrás. Así, Lawrence puso a los suyos con siete puntos de ventaja con un nuevo triple (8/14 al descanso) para poner el 35-42.

Pero no se puso nervioso el Caja, pese a las canastas de Landry y un Jordi Grimau que siempre da lo mejor de sí en la capital andaluza, los sevillanos salieron de los vestuarios con la idea clara de que sin defensa no conseguirían sumar su quinta victoria seguida en casa. En 14 puntos se quedó en el tercer acto el Gipuzkoa, fruto de la mayor intensidad atrás del plantel andaluz, con Hakanson imponiendo el ritmo que Miljenovic es hoy por hoy incapaz de imprimir, Balvin y Oriola cerrando mejor el rebote y Nachbar tirando de clase para mantener en ataque a los suyos.

Paso a paso, canasta a canasta, y con el aliento de una grada incansable, Bamforth hizo explotar San Pablo al grito de "Caja" al completar un contragolpe y poner a su equipo por delante para encarar los últimos 10 minutos.

Un triple de Vrkic comenzó el intercambio de golpes. Respondió Hakanson y a éste Llompart. Y Bamforth, que llegó al último cuarto 0/4 en triples, sacó el conejo de la chistera. Es un ganador, un tirador repleto de confianza le entren los tiros o no. Su primer triple en el partido le dio impulso, demasiado quizá, porque acto seguido volvió a errar otro con una mala elección de tiro. Pidió disculpas a sus compañeros y técnicos, pero no se cortó. No es de esos y un minuto después, y desde casi ocho metros, clavó otro ante Landry, que no pudo más que felicitarlo con una palmada y que ponía el 68-64 y hacía creer al Caja que el encuentro no se le podía escapar. El Gipuzkoa se hundió y Hakanson lo apuntilló desde la línea de los 6,75 metros (78-71) y ni siquiera los regalos locales (80-77) impidieron que la victoria se quedara en casa.

Una más. Van 11 y, una vez que se ha aprendido a sufrir, sin presión, y con ambición, se puede soñar. Sobre todo cuando la espada de Damocles está sobre la entidad.

Ficha técnica: 

86 - CB Sevilla (23+16+18+29): Hakanson (16), Bamforth (16), Berni Rodríguez (7), Nachbar (16), Balvin (2) -cinco inicial-, Miljenovic (-), Oriola (9), Henton (-), Alfonso Sánchez (10) y Jerome Jordan (10). 

80 - Gipuzkoa Básket (24+18+14+24): Llompart (3), Txemi Urtasun (10), Jordi Grimau (15), Landry (15), David Doblas (7) -cinco inicial-, Agbelese (4), Lawrence (13), Soluade (-), Zoran Vrkic (10) y Travis Wear (3). 

Árbitros: García González, Peruga y Rial. Sin eliminados. 

Incidencias: Partido de la vigésima séptima jornada de la Liga Endesa disputado en el Palacio de los Deportes San Pablo ante cerca de 4.500 espectadores. 

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