Antonio Tapia quiere mejorar la salida del balón de su equipo y en la tarde de ayer centró su trabajo en inculcar a los dos pivotes recién llegados, Sunny e Iriney, los movimientos adecuados para el fútbol que quiere en el Betis.

El entrenador verdiblanco insistió especialmente en ambos futbolistas, a los que unió durante todo el entrenamiento -primero en rondos y luego en un partidillo- sin parar de corregirlos, sobre todo en lo que se refiere a la salida del balón rápida. Tapia requería que ambos desahogaran el juego con dos toques como máximo, haciendo que uno de ellos bajara hasta la posición de los centrales cada vez que había que montar una jugada de ataque. El técnico de Baena quiere dar mucha importancia a esta circunstancia del juego y prefiere que sean los medios centro los que saquen el balón antes que los centrales. Para ello encargó mucha presión al equipo contrario, al que reforzó en esa parcela con tres hombres -Juande, Capi y Álex Ortiz-, pidiéndole tanto a Sunny como a Iriney mucha rapidez en la circulación del juego.

A los dos encargados de hacer mover al Betis rodeó Tapia de un equipo formado por Ricardo (Goitia); Ilic, Carlos García, Melli, Eric; Odonkor, Juanma; Sergio García y Pavone.

El preparador cordobés insistía sobre todo en los movimientos de este equipo en un partido al que le faltaba la distancia de una de las áreas para ser a campo entero. No obstante, también corregía la posición de Damià en el bando contrario situado en la demarcación de lateral derecho, donde Tapia quiere ubicar al catalán.

Aún es pronto para sacar conclusiones sobre las ideas que tiene el técnico como once de gala para el comienzo de la temporada, pero lo que sí se puede ver es que tiene las cosas claras en lo que se refiere a patrón de juego. La transición defensa-ataque quiere Tapia que sea rápida y por eso el comportamiento de Sunny e Iriney necesita el adiestramiento idóneo. Ambos deben sincronizarse y Tapia seguirá insistiendo en ello, aunque ayer ya se pudo ver que quiere dinamismo en una pareja en la que cada cual debe conocer bien su función. De todas formas, les ordenaba que intercambiaran también el rol de buscarla atrás y descolgarse más en ataque.