El sueño de un equipo unido de Gran Bretaña con el emblemático David Beckham no pudo cumplirse y el Team GB de fútbol que tratará de hacerse un lugar en el palmarés olímpico será finalmente una selección anglo-galesa, privada de la estrella de Los Angeles Galaxy. Ningún escocés ni norirlandés figura entre los dieciocho jugadores convocados. Son trece ingleses y cinco galeses, seleccionados por el técnico inglés Stuart Pearce.

La omisión no sorprende, ya que las dos Federaciones nunca aceptaron la idea de un equipo británico, considerado como una amenaza a su identidad y un peligro a su supervivencia como entidades propias. Las cuatro naciones que constituyen el Reino Unido cuentan con selección propia en el fútbol, un privilegio casi único para entidades no soberanas que se remonta al inicio de la historia de este deporte, cuando fueron las primeras en organizarse en Federaciones. En el pasado hubo equipos británicos de fútbol en los Juegos, pero el hábito se perdió hace 52 años.

En ese contexto desfavorable, la presencia de David Beckham debía haber servido de impulso a la venta de entradas, que fueron decepcionantes hasta la publicación del calendario de la competición. La inquietud de los organizadores disminuyó después, ya que las entradas que quedan para vender se concentran sobre todo en el fútbol, y los partidos de Gran Bretaña se disputarán con lleno en la grada.

Stuart Pearce apeló a "razones puramente deportivas" para seleccionar "al mejor equipo posible", sin la ex estrella del Manchester United y el Real Madrid, cuyo valor comercial, a los 37 años, excede ampliamente a su rendimiento con el balón en los pies. Beckham fue una de las personalidades que defendió la candidatura olímpica de Londres en 2005 y uno de los encargados este año de ir a Atenas a buscar el fuego de los Juegos y llevarlo hasta el Reino Unido, como parte de la delegación oficial, pero el torneo de fútbol lo tendrá que ver desde fuera.

El presidente del Comité de Organización, Sebastian Coe, no ha ocultado su decepción de ver al embajador de la candidatura fuera del equipo de Pearce. "Como hincha de fútbol, me hubiera gustado verle en el equipo", dijo. Los tres viejos autorizados por el reglamento (jugadores mayores de 23 años) serán un inglés, Micah Richards, y dos galeses, Craig Bellamy y Ryan Giggs, éste último designado capitán.

Para Giggs, quizá el mejor jugador británico de su generación, se trata de la oportunidad de brillar en un torneo de selecciones, algo que no ha podido con Gales, que no se clasificó para Mundiales ni Eurocopas. Con el Manchester United, eso sí, ha tenido una carrera exitosa, llena de trofeos y grandes logros.El veterano, de 38 años, será el encargado de liderar a un plantel donde están algunos de los jugadores más prometedores de la Premier League, como los ingleses Daniel Sturridge, Ryan Bertrand y Tom Cleverley, o el galés del Arsenal Aaron Ramsey. ¿Será suficiente para la medalla de oro? En el Reino Unido el debate está abierto e incluso hay voces críticas, como la del atleta galés Dai Greene, candidato al podio en los 400 metros vallas, para quien el fútbol, simplemente, "no debería tener hueco en los Juegos Olímpicos".