Fútbol l Segunda División B

Toma el camino de la irregularidad

  • El Betis B, sin claridad de ideas, deja escapar dos puntos frente a un débil Yeclano

El Betis B cuajó frente al Yeclano el peor partido en lo que va de temporada. El filial verdiblanco fue incapaz de imponerse al rival más flojo que ha pasado por la ciudad deportiva y sólo sumó un punto como mal menor. El conjunto de Oli no llegó nunca a hacerse con el control absoluto del juego, pues su centro del campo apenas apareció en la distribución del esférico. A esto se le unió el pobre encuentro de sus jugadores de ataque, ya que sólo David Agudo, que no obtuvo la recompensa del gol tras realizar un gran trabajo, destacó. Ryan, que acusó sus problemas físicos; Edgar, que apenas apareció; y Pozuelo demasiado individualista, no estuvieron finos y su equipo lo acusó. Además, en el único fallo defensivo durante todo el encuentro, llegó el gol visitante por medio de Juan Carlos, que remató a placer, libre entre la pareja de centrales, y marcó con la colaboración de Razak, que pudo hacer algo más a la hora de evitar que el tanto subiese al marcador.

Desde el minuto uno se vio un partido equilibrado y con un alto rimo de juego, sin que ninguno de los dos contendientes tuviera ocasiones claras de gol. De hecho, Edgar, al filo de la media hora, tuvo la más clara para los heliopolitanos, pero se entretuvo en el mano a mano ante Toni Bernal. Mientras, el cuadro murciano no gozó de ninguna clara, debido a la falta de claridad de ideas de su hombres más adelantados.

El segundo acto pareció tener otro color para el Betis B con los cambios introducidos por Oli. Sin embargo, sólo la entrada de Sergio León resultó, a la postre, acertada. El delantero de Palma del Río, que el año pasado debutó en el primer equipo con Víctor Fernández, puso en ventaja a su equipo con un gol, en el minuto 61, que pareció encarrilar el encuentro, aunque la realidad fue otra. El Yeclano, en una de sus llegadas tras encajar el tanto, hizo la igualada poco después por medio de Juan Carlos.

El compromiso se le complicó más a los anfitriones con la expulsión de Regino. A raíz de ahí, el filial, sin ideas, apenas inquietó a su adversario y se marchó con un botín que le supo a poco.

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