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Toque, toque, toque y un par de latigazos

  • España neutralizó la respuesta gala al arriesgar lo justo en sus ataques y mantener la pelota bajo el mando de Xabi Alonso

El fútbol combinativo de España volvió a comparecer, como suele ocurrir con este batallón de campeones, pero esta vez con un cariz más pragmático, menos alegre. No corrió riesgos España, que enalteció el aserto de que la mejor defensa es tener la pelota. Tocar, tocar y tocar, incluso en los tres cuartos de campo. Y con Xabi Alonso como mariscal de campo, atentísimo para dirigir la presión en cuanto los franceses recuperaban la pelota y trataban de lanzar sus contragolpes.

Claro que había que mirar a la portería contraria para resolver. Y bastaron dos chispazos, dos cambios de ritmo: una carrera de Jordi Alba y un cambio de ritmo, con bicicleta incluida, de Pedro muy al final. Entre un gol y otro desesperó la obsesión española por asegurar el pase. Pero España no está para gastar más energías de las necesarias: Portugal ha disfrutado de dos días de descanso más para preparar la semifinal del miércoles, y encima, hay puntales que no han llegado al tramo final de temporada con los músculos tonificados: Silva y Xavi.

Defensa

El ataque de Francia fue tan previsible como tibio: juego de espaldas de Benzema, arrastrando a veces a los centrales para crear carriles para las incorporaciones desde atrás de Ribery y Malouda. Sergio Ramos y Piqué evitaron que el madridista maniobrara como a él le gusta.

La jerarquía de la defensa se mantuvo cuando Francia adelantó líneas y Blanc metió a Menez por la derecha, Ribery por la izquierda, Nasri entre líneas y a Giroud con Benzema en punta. Arbeloa y Jordi Alba trabajaron bien atrás, no se dejaron regatear una sola vez. Y por dentro, Sergio Ramos también le marcó el terreno a Giroud, con Busquets más anclado que en la primera mitad.

Resultó fundamental para el balance defensivo la eficaz dirección de la presión, con Xabi Alonso, sobre todo, apretando y recuperaba la pelota en el mediocampo francés para evitar contragolpes e imponer la dinámica de toque y más toque de La Roja.

Ataque

Jugar sin delantero puro y Cesc como punta de lanza ayudó a asegurar la posesión incluso en zonas muy pobladas de francese: la línea de tres cuartos. Pero a España le faltaron desmarques de ruptura, incorporaciones desde atrás, cambios de ritmo. La campeona se acomodó al toque por el toque... pero menos mal que dos chispazos decidieron: Iniesta encara, Jordi Alba gana la línea de fondo y Xabi Alonso irrumpe desde atrás. ¡Al fin una sorpresa!

Las pesadas piernas de Silva dieron paso a la chispa de Pedro y el fútbol de España se aceleró con las maniobras del canario desde la izquierda. Seguro que Del Bosque lo valora para el miércoles.

virtudes

El manejo del partido fue español. El toque equivalió a control.

talón de aquiles

Acabó muy pocos ataques.

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