Viajaba la Rociera a Ceuta en busca de su primer triunfo de la temporada y, sin embargo, el equipo regresó a Dos Hermanas con el primer gran varapalo del curso.

Todo parecía estar a favor, ya que el Muralla contaba sus partidos por derrotas, pero el conjunto ceutí salió mucho más metido en el partido, arrinconando a la Rociera en los primeros minutos y no dejando ningún resquicio que se pudiera aprovechar en su retaguardia en estos minutos.

Con el paso de los minutos el dominio local se fue acrecentando. El Murallas no bajaba el pistón y la Rociera lo acusaba. Fruto de ese dominio llegó el primer tanto de los locales, al aprovechar el lateral Sandro un desajuste en la zaga del equipo nazareno.

El gol noqueó aún más a la Rociera, que no podía reaccionar, y fruto de ese desconcierto el Murallas aprovechó para prácticamente sentenciar el partido gracias a un gran gol del mediocentro Nordine, que ponía a su equipo en clara ventaja a cinco minutos del paso por los vestuarios.

Tras el descanso el conjunto nazareno despertó, pero esa reacción no se tradujo en ocasiones de gol. A pesar de que el Murallas bajó claramente la intensidad, la Rociera no conseguí acercarse con verdadero peligro al área de Goyo, y los cambios no daban el aire que el equipo demandaba.

A falta de quince minutos, el colegiado Domínguez Cervantes señaló un penalti que Di Martino se encargó de transformar para poner en el marcador el definitivo 3-0.