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La UCI, juez de Armstrong

  • La Federación Internacional decide hoy si confirma o no la sanción impuesta al ex ciclista por la Usada, que acusó también a este organismo de proteger al texano

El prestigio de Lance Armstrong, siete veces ganador del Tour, podría quedar definitivamente sepultado si la UCI respalda hoy la sanción impuesta al ex ciclista por la Agencia Estadounidense Antidoping (Usada), que lo suspendió de por vida por dopaje y tráfico de sustancias prohibidas, desposeyéndolo de los triunfos obtenidos gala entre 1999 y 2005.

Los analistas presagian que la UCI dará con su resolución un espaldarazo a la decisión de la entidad estadounidense, que el 10 de octubre hizo público un informe de más de 1.000 páginas que demostraban que Armstrong realizó "el programa de dopaje más sofisticado en la historia del deporte". Rara vez la decisión de una federación deportiva ha sido tan esperada. La UCI no hará pública su postura en su sede suiza de Aigle e invitó a la prensa a un hotel de Ginebra, al otro lado del lago Leman, a las 13:00. El 24 de agosto, la Usada decidió borrar todo el palmarés de Armstrong desde el 1 de agosto de 1998 y suspenderlo de por vida de la competición. Pero sólo la instancia dirigente del ciclismo mundial puede hacer válida esta sanción más allá del territorio estadounidense, sobre todo en referencia a las victorias del ciclista en el Tour de Francia entre 1999 y 2005.

Si la UCI ratifica la decisión de la Usada el caso Armstrong estará cerrado a nivel deportivo y la federación tratará de pasar la página de los años negros del ciclismo. Pero el informe de la agencia estadounidense, que habla de "uno de los capítulos más sórdidos de la historia del deporte", se ha convertido en una versión oficial.

Sin embargo, pese al riesgo de ser acusada de seguir una vez más el juego a Armstrong, la UCI tiene también buenas razones para no confirmar la sanción y acudir al TAS en apelación. Por una parte, para dar su versión de los hechos y, por otra, para pedir un castigo que se enmarque dentro de los mismos baremos que los de otras grandes estrellas de la era Armstrong condenadas por dopaje, desde el español Alejandro Valverde al alemán Jan Ullrich. El Código Mundial Antidopaje fija normalmente en ochos años la prescripción para las infracciones antidopaje y en cuatro como máximo la duración de una suspensión en primera condena. Pero la Usada decidió saltarse esas reglas por la razón de que Armstrong hizo de todo para esconder sus hechos fraudulentos.

A sus 41 años, el texano podría perder mucho más que unos títulos. De momento, ya ha dimitido de la presidencia de su fundación Livestrong y perdió varios patrocinadores, entre ellos la firma Nike, que lo apoyaba desde 1996. Además, los nueve millones de euros de ganancias acumuladas sobre su bicicleta podrían serle reclamados.

Armstrong volvió a hablar ayer en un nuevo acto de su fundación en Austin, su ciudad nata. "He estado mejor, pero también peor, aunque han sido dos semanas difíciles para mí, mi familia, mis amigos y esta fundación", indicó.

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