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Terry Bouhraoua: una leyenda del Seven como anfitrión

Terry Bouhraoua

Terry Bouhraoua

El medio de melé francés Terry Bouhraoua disfruta, a sus 34 años, de una segunda carrera deportiva en Sevilla, donde entre el viernes y el domingo se celebra la cuarta etapa de la temporada 21-22 de las Series Mundiales de rugby 7, una modalidad en la que es una auténtica leyenda.

El jugador del Ciencias Enerside, de la División de Honor, fue entre 2010 y 2020 la estrella de la selección francesa de seven, a la que capitaneó desde 2014; es el máximo anotador histórico de los bleus (1.173 puntos y 131 ensayos en las Series Mundiales) y encabezó la lista de realizadores de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, con 43 puntos.

La suspensión de la gira oceánica debido a las restricciones sanitarias en aquel continente ha traído las Series Mundiales por primera vez a España, lo que para Bouhraoua "es una enorme oportunidad que el rugby español debe aprovechar para crecer en popularidad: el seven es una modalidad muy divertida que casa bien con el carácter latino", consideró.

En una entrevista concedida a Efe, el internacional galo explicó que "el ambiente en los torneos de rugby 7 es especial" porque "los partidos se suceden y los aficionados, que llegan de todas las partes del mundo, siguen con atención el juego cuando compiten sus equipos o en las rondas finales, pero el resto del tiempo se canta, se baila, se bebe y se festeja en la grada: eso es tan importante como los partidos", afirmó.

Además, Terry Bouhraoua consideró que "una nación del tiers 2 -la segunda categoría del rugby mundial- como España tiene la ocasión de ser competitiva en seven" y "de hecho lo es porque para formar un buen equipo no necesitas a tantos especialistas como en el XV".

"Están los ejemplos de Japón, Kenia, la propia selección española o, hace unos años, Portugal para demostrar que el seven es universal, no pertenece sólo a las grandes federaciones", apuntó.

El jugador francés apreció "especialmente el sistema que los españoles" están poniendo en práctica "desde que los entrena Pablo Feijóo", al que recuerda haberse enfrentado en su etapa en activo -"era un excelente jugador", dijo-, porque está sustentado "en el movimiento y en la sucesión de pases: es muy divertido de ver", indicó.

El pasado verano, Bouhraoua puso fin "a once años de contrato con la selección francesa de rugby 7", con un paréntesis de una temporada para jugar en el Stade Français, uno de los clubes más laureados de su país, "y tenía ganas de seguir jugando al rugby profesionalmente pero al tiempo que descubría la forma de vida y la cultura española, que siempre" le "parecieron fascinantes".

"Conocí Sevilla y me enamoré de la ciudad, entre otras cosas porque soy aficionado a los toros y también porque, al ser nieto de argelinos, me gustó mucho ese aire oriental que conserva. El Ciencias Enerside me permitió entrenar con ellos en verano y, al cabo de un tiempo, les propuse quedarme. Estoy feliz, espero seguir alguna temporada más e instalarme después", explicó.

El club sevillano, en la temporada de su cincuentenario, se ha clasificado para las semifinales de Copa y, en las últimas jornadas, se ha instalado en la parte alta de la clasificación liguera, aunque el medio de melé sigue siendo "autocrítico", porque "ganar algunos partidos no significa necesariamente que todo se está haciendo bien: hay que seguir mejorando", reflexionó.

Bouhraoua consideró que "un equipo alcanza sus objetivos cuando tiene la lucidez de saber qué hace mal" y se confesó "optimista" porque "las victorias están llegando sin que el juego sea ni mucho menos perfecto".

"Es un plantel con gente nueva procedente de diversos países y sólo ahora, después de algunos meses, están empezando a marchar las cosas. Las perspectivas son magníficas", aseveró el medio de melé galo.

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