El Universidad de Sevilla sucumbió en casa en un partido disputado de poder a poder contra un Benalmádena que se llevó el triunfo por 2-3 gracias a su acierto y a que aprovechó los fallos locales. Los costasoleños sorprendieron con su juego rápido al cuadro local, que le costó entrar en el encuentro y fue incapaz de igualar la desventaja inicial.

Los primeros minutos fueron de dominio universitario, que gracias a su buen entramado defensivo hacía sentirse incómodo al Benalmádena. No obstante, dos despistes en la zaga hispalense en apenas dos minutos de diferencia costaron sendos goles en contra. A partir de ahí, comenzaría otro partido en el que los sevillanos jugaron a remolque. Los chicos que dirige Diego Cabeza no se amilanaron y trataron de recuperar el dominio territorial ejerciendo una fuerte presión que encerró en su área al cuadro malagueño. Así, el Uni acortó distancias merced a un espléndido tanto de Paco. Con esta presión sevillana terminó la primera mitad, que tuvo continuidad en la segunda parte.

El Uni saltó tras el descanso dispuesto a empatar el choque, pero con el equipo desmelenado en ataque llegaron varias contras del Benalmádena que desbarató con acierto el meta Marc Gabarró. Tras los avisos previos, llegó el tercer gol visitante, con el que rival volvía a alejarse en el marcador. A pesar del resultado adverso, el Universidad nunca tiró la toalla, y fruto de su esfuerzo disfrutó de hasta cuatro penalti-córners. Alejandro materializó el último de ellos en el 2-3 final.

Con esta derrota los chicos del Uni dan un pequeño paso atrás en sus aspiraciones al perder contra un rival directo, pero la sensación que se vislumbra es optimista. Jugaron de poder a poder ante un equipo que el año pasado competía en División de Honor, y tan sólo la falta de acierto y la precipitación marcaron la diferencia.