La crisis arrecia y los clubes deben ajustar los presupuestos como quien cuadra un círculo. El círculo del Utrera ha sido trazado por la nueva directiva comandada por Joaquín Rodríguez. La primera decisión del dirigente recién llegado consistió en la renovación de Juan Carlos Menudo como entrenador al frente de la plantilla. Y la subsiguiente renovación ha tenido a las exigencias de la cuadratura del círculo de principal línea directriz.

La edad media del Utrera continúa su proceso a la baja. Plagada de jugadores procedentes de los escalafones inferiores, la meta del Utrera continúa siendo dar la sorpresa a los favoritos, a los de mayor presupuesto, a los Betis C, Cerro, Antoniano, Montilla o Peñarroya.

A falta de un delantero centro puro, quizá uno de los desequilibrios del grupo utrerano, Menudo confiará en la fina zurda de Lolo, incorporado del Cerro para reforzar el ataque, como pieza principal a la hora de marcar la diferencia de los goles.

Pero serán jugadores como Juanjo y Manolín los que vertebren desde el mediocampo el juego utrerano. Cada uno con sus virtudes, el carisma del primero, nuevo capitán, y la capacidad de dirección del segundo, siempre entre los fijos, serán los responsables de llevar el peso del equipo.

El Utrera inicia el nuevo curso con la idea de esperar el fallo de algún grande. El objetivo, alcanzar la liguilla de ascenso, debe significar volver a la categoría que nunca debió abandonar: el objetivo de la Tercera.