Granada - betis · marcaje al hombre

Vadillo, su hora en el punto cero

  • El extremo recupera la titularidad en el escenario en el que debutó en el Betis. Partiendo desde la derecha, el puertorrealeño se muestra decisivo.

Auspiciado por las ausencias, las reservas o por esa superstición de colocarlo en el campo donde debutó con el Betis, Mel introdujo a Vadillo en el novedoso once titular y, además, escorado a la derecha, la banda con la que despertó la atención de los entendidos en los escalafones inferiores del Betis. Poco tardó el puertorrealeño en demostrar que ni la inactividad, como tampoco antes la grave lesión que sufrió en el Santiago Bernabéu, puede con su desborde. Al segundo minuto, en una acción eléctrica se plantó en la línea de fondo y sólo las dudas en la espera de sus compañeros de ataque lo llevó a ejecutar un defectuoso pase atrás.

Mel decidió que en Granada llegaba la hora de Vadillo. Allí debutó con 16 años y 345 días, el más joven en la historia del Betis, y en ese escenario emergió ayer como figura decisiva para que el cuadro verdiblanco tomara impulso en el partido. Si en el primer gol de Rubén Castro partió de sus botas, con un centro que no alcanzó Igiebor, en el segundo se sacó de la chistera un pase interior a la espalda de los centrales para aprovechar la velocidad de Pabón. La vaselina de éste se topó con larguero, aunque para eso el Betis cuenta con Rubén Castro, el más listo de la clase en tantas ocasiones.

Necesitaba Vadillo una ocasión como la de ayer en Los Cármenes. Desde su paso al primer equipo, con cambio al dorsal 9 incluido, el puertorrelaño apenas pudo demostrar los fundamentos de esta decisión. Diversos problemas musculares, una inoportuna gripe o decisiones técnicas impidieron que Vadillo pudiera aparecer en el equipo, hasta que ayer Mel quiso meterlo en la dinámica justo antes del derbi.

Necesita confianza el puertorrealeño. Su comienzo de temporada, con lesiones desde la pretemporada, lo llevó a un túnel en el filial, del que sólo ha ido saliendo con la confianza que siempre le ha mostrado Mel. Sin estridencias, el extremo reclamó un lugar en el primer equipo, quizá influido por este temprano estreno que propició Mel y que frustró aquel choque con Sergio Ramos.

El sistema que ahora emplea el equipo verdiblanco se adapta a la perfección a sus cualidades. Sin demasiadas florituras por el centro, los de Mel percuten por las bandas y buscan siempre la opción más vertical para aprovechar la calidad de sus delanteros. En ese terreno, el extremo demostró que el técnico puede seguir contando con sus servicios, por más que Campbell y Juan Carlos eleven la competencia en las alas.

Mel tiró de Vadillo en su punto cero, en el lugar donde se dio a conocer en el fútbol profesional, y éste respondió con una actuación notable, realizando un fútbol práctico cuando se requirió y aportando esos chispazos que lo llevaron a convertirse en la perla de la cantera.

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