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El Valencia se agiganta

  • Kelati y Dubljevic minan la moral de un débil Madrid

El Valencia Basket se impuso ayer al líder Real Madrid en un encuentro en el que el equipo levantino superó sus muchos problemas físicos y dominó a un rival perdido y al que nunca dejó encontrar su rumbo en el partido.

Con tres de sus cinco pívots lesionados, el Valencia ahogó al Madrid con una defensa intensa y en ataque los triples de Kelati abrieron el camino para que Dubljevic y Ribas castigaran la falta de hambre visitante, sólo mitigada por Llull.

Un eléctrico duelo de triples entre Kelati y Llull abrió un choque al que poco a poco se sumaron los interiores. Primero lo hicieron los visitantes gracias a Begic, pero cuando respondieron los locales de la mano de Dubljevic, el Valencia se hizo con el mando (22-19, m.10).

Pese a las muchas lesiones con las que afrontaba el choque, el equipo de Perasovic se creció. Con una defensa rocosa, neutralizó a un Madrid perdido en la rotación y bombardeado por Kelati, a quien se unió San Miguel y Hanley. El base acertó con dos triples librados y obligó a abrirse a la defensa del Madrid y Hanley, que esta temporada ha jugado en el Oviedo de la LEB 2, ganó la espalda de los defensores visitantes para apuntalar la renta (52-38, m.20).

El paso por el vestuario no cambió el panorama. De hecho, el Madrid pagó con una antideportiva y una técnica al banquillo su desconcierto (60-40, m. 24). Sólo Llull sostenía a los visitantes y con siete puntos seguidos dio vida a los suyos.

Pero el huracán menorquín no amilanó a los locales. Con un incisivo Ribas a los mandos, el Valencia aprovechó el inmenso talento de Dubljevic, que castigó a los interiores del Madrid, y volvió a poner el cerrojo al aro local.

Desconcentrado hasta fallar 9 de sus 15 primeros tiros libres, el Madrid se encontró con una ayuda inesperada para un último intento de remontada: dos triples de Hettsheimeir. Pero tampoco así perdió la calma el Valencia, que cogió aire con un par de acciones de Doellman. Con la Fonteta rendida a su equipo, los levantinos gestionaron su cansancio para no dar alas a un Madrid incapaz de anotar desde posiciones cercanas al aro y que apenas dio problemas en los últimos minutos.

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