CAI Zaragoza - Cajasol · la crónica

¡Vayan a ver a los chicos! (66-74)

  • El Cajasol expone su cara más competitiva en los últimos minutos en Zaragoza y derrumba al CAI en un ejercicio de madurez espléndido.

¡Vayan a ver a los chicos! Este equipo se ha hecho mayor de edad en tres partidos y sólo le faltaba lo de ayer, ganar a un semifinalista de la ACB y que hoy mira por encima del hombro al Cajasol en cuanto a la chequera. El club sevillano necesita más que nunca el apoyo de los aficionados, de patrocinadores, públicos y privados, e incluso de Caixabank, que tal vez cambie de criterio y prefiera mantener el baloncesto otro cuarto de siglo. 

¡Vayan a ver a los chicos! ¿Otra razón? La tremenda evolución en pocos meses, tan evidente que parecen hombretones hechos y derechos, no críos con sueños imposibles. Aíto, Ocampo y Carrasco han ensamblado, a base de confianza y trabajo, una máquina que empieza a responder al estímulo y al entrenamiento diario. Van seis jornadas, ojo, y tampoco hay que pensar que este grupo es la reencarnación de aquel Joventut descarado y talentoso de Ricky, Rudy y Ribas, pero se van poniendo los cimientos para que haya resultados y, a los hechos hay que remitirse, la cosa funciona después del trío inicial de reveses. 

Ningún jugador cajista, por hache o por be, había ganado en el Príncipe Felipe aragonés y miren por donde lo ha logrado esta escuadra de poco más de 20 años de media de edad. ¿Por qué? Porque el Cajasol jugó como un veterano ajedrecista y convirtió en novato al CAI, presa de los nervios que lo han llevado absurdamente a una minicrisis tras dos resultados abultados recientes. Lo aprovechó el Cajasol para mantenerse en el partido sin mucho lucimiento para jugar sus cartas a falta de dos minutos y provocar pitos de la grada a su equipo e incluso la marcha de algunos seguidores antes del bocinazo final. Y lo mejor es que la tropa de Aíto tiene mucho margen de crecimiento -también de euforia, habrá que frenarla como sea- y se aprende con más facilidad si van llegando los premios de los triunfos que con tropiezo tras tropiezo. 

Respecto al partido, el CAI echó mano de Sanikidze al principio para que sacara ventaja de su emparejamiento con el niño Porzingis. Lo hizo: anotó y le sacó dos faltas en dos minutos. Sin embargo, el Cajasol hacía pupa con una de sus armas: el rebote ofensivo. Williams sumaba en segundas opciones y Balvin después lograba algún palmeo. Aun así, los sevillanos siempre iban a rebufo, acabando el primer acto a cuatro: 18-14. 

Los tiros libres fueron una losa hasta el descanso -después temblaron las muñecas mañas-, con Sastre muy desacertado. El CAI tomó aire con seis de ventaja, pero un triple de un espectacular Mata y una contra de Williams paralizaron el posible despegue local. Bamforth tenía la mañana aciaga en el triple, pero a cambio regala otras virtudes, como su frescura y falta de miedo. Con el tira y afloja habitual, aunque siempre viniendo desde atrás, el marcador en el intermedio reflejaba iguales a 38, merced también a la defensa, que propició seis pérdidas. 

Quedaba toda la tela del mundo por cortar en los siguientes 20 minutos. De primeras, Hernangómez cometió la cuarta falta. Sin problemas, siguió jugando en otra muestra de confianza otorgada por el técnico. Mata clavó un triple (38-41) y el Cajasol ya le enseñó al CAI que no había viajado para ser humillado (ni siquiera derrotado) como el año pasado. 

Con alardes de orgullo remontó la situación metiendo balones a Shermadini y luego a Jones. Sastre, en su momento más lúcido, se apuntó un canastón a aro pasado y luego empezó a colar los tiros libres para que Balvin, machacando un rechace, situara otra vez arriba a los cajistas (50-51), ventaja ampliada tras otros dos tiros atinados de Sastre desde la personal. Que el partido se le ponía de cara a los visitantes pudo comprobarse cuando Mata enchufó un triple sobre la bocina para cerrar el tercer periodo: 53-57. Y con el CAI medio desnortado entonces... 

El belga Tabu no quería que el Cajasol rompiese el duelo y con un triple lo estrechó (56-58). Le entraron las dudas a los sevillanos, que comenzaron a regalar rebotes, y el CAI recuperó el mando (63-60). En otras circunstancias (San Sebastián o Valladolid), el equipo de Aíto se habría desinflado. Ocurrió lo contrario. Aun fallando Bamforth un sinfín de triples y con Mata de cuatro, apretó los dientes atrás el Cajasol, serenado con la vuelta de Satoransky a la cancha. Bamforth empató a 63 en una acción de mérito; el checo igualó volvió a igualar a 65. Después llegó la hecatombe maña, con el Cajasol defendiendo las líneas de pase, Williams anotando un dos más uno tras un pase de pillo de Satoransky, una penetración maravillosa del base y tino en los tiros libres, don perdido por el CAI en los momentos calientes. 

¡Vayan a ver a los chicos! Lo merecen y no defraudarán, aunque habrá que esperar a que jueguen en Las Palmas el domingo y reciban luego al Real Madrid. Nada más y nada menos.

Ficha técnica:

66 - CAI Zaragoza (18+20+15+13): Llompart (10), Roll (2), Pere Tomàs (4), Sanikidze (9), Shermadini (9) -cinco inicial- Jones (13), Stefansson (-), Rudez (7), Tabu (12) y Fontet (-).

74 - Cajasol (15+23+19+17): Satoranski (16), Mata (16), Bamforth (10), Porzingis (1), Williams (12) -cinco inicial- Burjanadze (-), Franch (4), Balvin (4), Hernangómez (4) y Sastre (7).

Arbitros: Pérez Pizarro, Pérez Niz y Sacristán. Excluyeron por personales a Jones (min.36).

Incidencias: partido correspondiente a la sexta jornada de la Liga Endesa disputado en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza ante 8.156 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por los fallecidos por la catástrofe del tifón que asoló Filipinas.

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