El juzgado penal 15 de Sevilla ha dejado este miércoles visto para sentencia el juicio contra cinco hinchas del equipo polaco de fútbol Slask Breslavia, para quienes el fiscal ha pedido un año y medio de cárcel por agredir a la Policía durante el partido que disputó frente al Sevilla FC en el torneo de la Liga Europa.

Los cinco acusados no han acudido al juicio y han estado representados por abogados de oficio, que han pedido la absolución pues los jóvenes pudieron no entender el sistema de seguridad previsto en el estadio Sánchez Pizjuan, donde no les dieron instrucciones y fueron tratados "como ganado, acotados en un gueto". Sin embargo, los cinco policías agredidos han confirmado a la juez las lesiones sufridas, uno de ellos por impacto de una botella llena de agua, otro con una patada en el cuello y el resto con contusiones derivadas de los empujones, puñetazos y patadas que recibieron. Además, los agentes han explicado que el grupo de hinchas rompió los precintos de seguridad y antes del encuentro les intervinieron palos y otros objetos contundentes. El fiscal ha pedido para cada uno de los cinco acusados un año y medio de cárcel por un delito de atentado a la autoridad y para dos de ellos otra multa por sendas faltas de lesiones.

Los incidentes ocurrieron el pasado 22 de agosto, durante un encuentro del Slask Breslavia contra el Sevilla FC, cuando la policía intentaba contener a los hinchas polacos y mantenerlos "embolsados", según la expresión que han utilizado, para que no pudiesen acceder a los lugares donde se encontraban los aficionados sevillistas. La fiscal del caso ha destacado que los delitos han sido confirmados por la declaración "contundente" de los agredidos y ha rechazado la atenuante de embriaguez, que, según los policías, presentaban muchos integrantes del grupo pero no los cinco procesados.

La defensa, por su parte, ha pedido la absolución pues "faltó capacidad organizativa para encauzar el acceso al estadio de todos estos visitantes de un modo más inteligible" y ha criticado que fueran tratados como "ganado, acotados en un gueto y sin recibir instrucciones". Además, a su juicio, los hinchas tuvieron una "reacción acorde" a la actitud previa de la Policía al intentar detener al que había lanzado la primera botella. Según uno de los agentes, el hincha que le agredió es boxeador en su país y la Policía informó en su día de que todos los detenidos contaban con antecedentes de reyertas en los diferentes países donde jugaba su equipo.