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La ausencia de Tiger Woods abre el abanico de candidatos al triunfo

  • Miguel Ángel Jiménez llega como número 1 europeo al campo donde se destapó Seve Ballesteros· Harrington defenderá título, con Sergio García aspirando a su primer "grande" entre los favoritos

Cuatro tarjetas bajo 70 no han sido suficientes para que Miguel Angel Jiménez ganase este último domingo el Open de Escocia, que acabó en manos del norirlandés Graeme McDowell. El malagueño acabó compartiendo la tercera plaza, a tres golpes del ganador, pero mantiene su privilegiada posición como número 1 del año en Europa.

Esta circunstancia le hace llegar a Royal Birkdale a disputar el 137 Open Británico, que comienza mañana, como uno de los favoritos, pleno de confianza y juego y con dos detalles importantes: este año ha terminado entre los diez primeros en los dos grandes que se han jugado: octavo en Augusta y sexto en el Open USA.

Junto a él, en el paquete de favoritos, que está más abierto que nunca ante la ausencia por lesión de Tiger Woods, tenemos a Sergio García, que intentará desquitarse de la amarga experiencia del año pasado, cuando perdió el triunfo en el último hoyo regular y luego el desempate ante Padraig Harrington. El irlandés está nuevamente en el paquete de favoritos junto a Mickelson, Furyk, Els, etcétera, con la ausencia de Luke Donald que se lesionó en la muñeca izquierda.

Como se ve, con una participación española de tres jugadores (quizá entre Ignacio Garrido a última hora), contamos con dos entre los favoritos... El tercer español es Pablo Larrazábal, brillante ganador del Open de Francia, su primer triunfo en el Circuito Euorpeo, logrado ante muchos de los mejores jugadores actuales, sacando cuatro golpes a Colin Montgomerie.

La mayoría de los retoques del Royal Birkdale para este año han sido buscando una longitud algo mayor, añadiéndole 142 metros a la distancia sobre la que ganó Mark O'Meara en 1998. Este ligero aumento, un cambio de apenas un 2%, ayudará a dificultar el reto para los jugadores. La clave de esto se apoya en el añadido de 20 nuevos bunkers, 16 en las calles y 4 en los greenes, además de importantes montículos que se han añadido en 7 de los greenes demandando unos golpes de recuperación plenos de exactitud. Además, se han establecido nuevas estrategias de juego introduciendo cambios en la línea de juego de cinco hoyos: 3, 9, 11, 16 y 17.

Lo más significativo de estos cambios se encuentra en el hoyo 9 y en el 17. La calle del 9 se ha movido 23 metros a la izquierda y en el 17 se ha construido un nuevo green, retrasándolo 23 metros y levantándolo ligeramente respecto a la calle, haciendo más complicado llegar de dos.

El hoyo 6 es, sin lugar a dudas, el monstruo de este campo. Siempre ha sido motivo de controversia el gran bunker que atravesaba la calle a la altura de la caída del drive, obligando a los pegadores a pegar más fuerte (y derecho) que nunca. Ese bunker ya no existe como tal, sino que ha sido dividido de manera que abre un espacio ahora a la vista del jugador. Es previsible que, al aumentar la tentación, también aumente el número de bogeys y, además, es el par 4 más largo del campo con 456 metros, igual que el 13.

Este hoyo es, también, uno de los más próximos al mar que bordea el campo, por lo que influencia del viento es un factor importante a la hora de seleccionar el palo. Precisamente fue en este hoyo donde, en 1976, el doble bogey de Severiano Ballesteros al intentar esquivar de salida el bunker, inició su derrota final.

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