clara de la torre portera del cw dos hermanas

Del banquillo a la titularidad con 19 años

Clara de la Torre estuvo nadando algún tiempo hasta que se cansó de las solitarias calles y de repetir series. Apenas tenía 12 años cuando se dio cuenta de que necesitaba un poco más de emoción. Por suerte, no tuvo que irse muy lejos para dar con ella. Le bastó cambiarse de piscina y agarrar la pelota para saber que, en adelante, practicaría waterpolo.

Aunque, a decir verdad, al principio "casi no sabía coger el balón", reconoce la sevillana. "Fueron mis monitores los que me animaron a probar y empecé como jugadora. Poco después me propusieron para portera", añade. "No había muchas guardametas. Además, a mí me vieron posibilidades, porque era alta, tenía los brazos largos y aún podía crecer. Pero lo cierto es que no crecí mucho más", asume entre risas.

De la mano del CW Dos Hermanas, la joven ha ido mejorando sus cualidades en la piscina, aprendiendo de las victorias y tanto o más de las derrotas. "Todos los partidos tienen algo especial y por eso no se debe olvidar ninguno. Las derrotas son como una vacuna: la vives, la pasas e intentas que en adelante no te vuelva a ocurrir. Se aprende mucho de los errores".

Ésa es la filosofía de Clara, quien a sus 19 años recién cumplidos (14-04-1995) ya sabe lo que es asumir responsabilidades. La nazarena, acostumbrada a ver los partidos de División de Honor desde el banquillo, recibió la noticia del embarazo de su compañera Lucía, internacional y portera titular, como una prueba de fuego. "Estoy contenta por jugar, de hecho la temporada pasada ya me veía en condiciones de disputar algún partido, pero echo mucho de menos a Lucía. Ella es mi ídolo y mi maestra", comenta, al tiempo que reconoce que su puesto siempre está en el punto de mira: "Todo empieza y acaba en la portería. Si lo haces bien, salvas a tu equipo; si fallas, enseguida llegan las críticas. Por eso hay que mantener la cabeza fría".

No obstante, a Clara le gusta desempeñar ese rol, por más que en ocasiones se haga muy cuesta arriba. No se imagina siendo jugadora. Tampoco fuera del agua, pese a que compatibilizar los entrenamientos con la carrera de Medicina -con la que asegura estar fascinada- no sea una tarea sencilla. Reconoce que le faltan horas al final del día, que tiene que estudiar mucho y que en los entrenamientos debe ir "con cuidado para no lesionarse": "La temporada pasada, si a Lucía le pasaba algo podía sustituirla. Pero ahora que ella no está es importante que yo no baje el ritmo".

Haciendo balance de este curso 2013-14 que pronto tocará a su fin, la guardameta nazarena considera que empezaron "un poco perdidas", pero confía en que puedan mantenerse por encima de la décima posición para evitar "el susto de jugarse la permanencia".

De todos los encuentros, viajes y momentos vividos a lo largo de estos meses, destaca uno con especial atención: "El partido contra el Rubí fue uno de los más complicados. Éramos pocas jugadores y además faltaban Lorena Miranda y Lisandra Frómeta. Aún así, fuimos una piña y nuestra compañera Laura Díaz nos motivó mucho las horas previas. Al final logramos empatar".

A Clara nunca se le olvidará la tensión que experimentó en aquel choque, sobre todo en el último minuto. "Sabía que tenía que evitar como fuera que me marcaran. Fue muy emocionante", rememora.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios