Betis Energía Plus-Cáceres | Crónica

Ganar, medicina para los males

  • El conjunto sevillano recupera la senda de la victoria tras ganar a un peleón Cáceres que sólo cedió en el último cuarto

  • Las desconexiones en ataque dieron vida a un rival que acabó ahogado ante la defensa local

Stainbrook busca la canasta.

Stainbrook busca la canasta. / Juan Carlos Vázquez

Resultado para respirar; partido para darse cuenta que queda aún mucho por hacer. El Betis Energía Plus venció al Cáceres por 80-71 sudando mucho, con preocupantes desconexiones, pero ganó, que es la mejor medicina para reponerse del duro varapalo de hace una semana en Miribilla y seguir en el camino del objetivo de la temporada: ascender como primero. Pero este Betis no es el rodillo de hace unas semanas. Quizá todos los rivales se juegan mucho a estas alturas y ya saben por cómo hincarle el diente a un líder que se está acostumbrando a bajar al barro para sumar. más o menos acertados, todos lo hacen.

El conjunto sevillano tenía cosas que demostrar. Que su alma competitiva sigue viva. Con hambre. Y que los dos tropiezos en Palma y Bilbao no han hecho mella en la cabeza de un grupo que no acaba de jugar con la fluidez en ataque y la intensidad atrás que ha exhibido tiempo atrás. Y le costó arrancar al equipo de Curro Segura, inseguro a veces y con la confianza minada en algunos jugadores que fallo a fallo se van haciendo más pequeñitos. Otros, al contrario, se hacen grandes como Dee. El escolta puede tener dos días malos, pero nunca se esconde. Y aparece. Él lideró la puesta en escena de un Betis que se fue quitando los nervios iniciales con el paso de los minutos, los rebotes de Tunde, que balón que no capturaba sí punteaba, y el trabajo en la pintura de Stainbrook.

Pero enfrente estaba un equipo necesitado que, sin embargo, encaró el choque sin miedo ni presión. Tirando de tópico, real en este caso, con poco que perder y mucho que ganar que no se desenganchaba del marcador.

La desesperación de Bropleh, fallón como en las últimas citas, la técnica por sus protestas permitió a los extremeños colocar el 15-14 antes de un pequeño estirón local de la mano de Stainbrook, superior a los interiores rivales, aunque Huff acortó la distancia con un triple desde la esquina con el que avisaba de sus intenciones.

El 22-17 de los primeros 10 minutos dejó dudas en un Betis que trataba de presionar a toda pista para hacer dudar al contrario, pero el cuadro extremeño movía bien la pelota y encontraba buenas situaciones de tiro que fallaba después. Por eso llevaba seis derrotas seguidas y pelea por evitar el descenso. Pero tiene jugadores para lograr su objetivo y darle un susto a cualquiera si lo dejas vivo cuando puedes darle la puntilla. Justo lo que hizo el Betis. Obi salió activo desde el banquillo, como Lluís Costa en la dirección, y entre ambos colocaron pronto un 32-20 que podía ser el principio del fin.

Todo lo contrario. Entró Marcius, perdido. Su defensa con la mirada ante Trist fue, como era de esperar, poco efectiva y en ataque no era una opción. A golpe de triples respondieron los de Roberto Blanco para meterse en el choque de lleno ante un equipo bético que no aprovechaba los fallos visitantes para sumar. Al contrario. Se contagió de un juego acelerado que no le beneficiaba y el Cáceres golpeó antes del descanso con los triples de Sapp y Mazurczak para irse a los vestuarios con un ajustado 42-38 y Segura conteniéndose para no patear una silla.

Las desconexiones de este Betis son las que preocupan en esta recta final de temporada. Ante otros rivales han costado palizas que han alentado a sus perseguidores. La tónica continuó en la reanudación. El Betis jugaba acelerado, sin pensar, anárquico en ataque y Rakocevic inundó el pabellón con un triple que ponía a tiro a los suyos (46-45). Contestó Obi de la misma forma y trató de replicar de nuevo Cáceres. Triple al aro; rebote ofensivo, y triple al aro; otro rebote, y de nuevo triple al alro; y hasta una tercera captura en ataque, y de nuevo triple al aro. Puuede servir de resumen del choque, porque en la otra canasta apareció Stainbrook para dominar en los tableros, llevarse en su zona varios golpes defendiendo mientras sus compañeros fallaban hasta cinco ataques seguidos.

Al enésimo golpe, quizá el más fortuito, los colegiados pitaron antideportiva de Konate sobre el pívot casi por aclamación popular, pero ni así se despegó en el marcador el conjunto hispalense, que entró en el acto definitivo con un inquietante 58-54 gracias a una canasta de Borg.

Tocaba remangarse. Y lo hicieron todos. Con Borg volando para salvar una pelota, Tunde asistiendo a Bropleh que por fin apareció en el duelo, que hacía de palomero tras perder una pelota y en un visto y no vist, con Parejo fallando triple tras triple, el Betis vio el partido más de cara que nunca. Como no, desde la defensa. Porque Tunde erró la pintura y la presión a toda cancha le permitió robar algún balón para en apenas cuatro minutos tener un 70-58 a favor que ya no desperdiciaría y supo manejar para regresar a la senda del triunfo, que era lo más importante. Un encuentro menos por delante. Una jornada más manteniendo la ventaja y un partido menos para regresar a la ACB. Pero que nadie cante victoria todavía, que, visto lo visto, hay que sudar todavía mucho para lograrlo.

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