Betis Energía Plus - Ourense

El Betis, a la cima con pico y pala

  • El equipo verdiblanco da un paso definitivo para el ascenso ganando a un peleón Ourense

  • Cuando el equipo activó su defensa marcó las diferencias

El base Dani Rodríguez busca la mejor opción para una canasta ante el Ourense.

El base Dani Rodríguez busca la mejor opción para una canasta ante el Ourense. / Juan Carlos Muñoz

A ninguna cima se llega por un camino de rosas. Hace falta pico y pala para subir y el Betis Energía Plus ha entendido en su caminar por esta LEB Oro que sin esfuerzo se quedaría a la mitad del camino. Sudó, y cómo, para seguir invicto en San Pablo ante un Ourense que apretó al líder desde el acierto ofensivo, pero cuando los de Curro Segura agacharon el culo en defensa y Tunde cerró la zona, en el último cuarto el equipo despegó para lograr una victoria, la más sufrida en casa, que lo deja a un último esfuerzo antes de alcanzar el objetivo del ascenso.

Pero costó sobreponerse a un Ourense peleón que aprovechó la tibieza local al inicio para sumar y sumar puntos sin parar: 27 puntos en el primer cuarto. Por fortuna, el conjunto bético tiene calidad para competir de tú a tú en cualquier intercambio de golpes, y en cuanto los verdiblancos hicieron un esfuerzo más en defensa, las ayudas por fin llegaron para impedir los cómodos lanzamientos y Tunde se hizo gigante para que el cuadro gallego encajase entre el final del tercer cuarto y el principio del último un 12-2 de parcial (72-64) que mostraba el camino hacia el triunfo. El vigésimo tercero de la campaña para mantener al grupo de perseguidores, que pasó de cuarteto a terna, a cinco victorias de ventaja con siete jornadas por delante. Blanco y en botella.

El choque fue un calco del de Palencia de la jornada anterior. El Betis se enganchó a un rival acertado gracias al rebote ofensivo durante buena parte del encuentro para dar el golpe definitivo en el momento justo, cuando el contrario no tiene capacidad de reacción. Capacidad cercenada desde la defensa con la que chocó Zamora –el quinto anotador de la competición que promedia 15,3 puntos y en el fortín verdiblanco se quedó en siete–, como le pasó el viernes pasado a Vasturia, segundo máximo realizador con un promedio de 17,2 puntos, que en Palencia apenas firmó seis.

Y es que el esfuerzo de Pablo Almazán, Borg y Tunde atrás tiene casi siempre premio cuando se combinan. El choque estaba en un pañuelo cuando Dani Rodríguez aprovechó el bloqueo del pívot de Sierra Leona para cerrar el tercer acto con 65-62. Aire para un Betis que no aprovechaba su superioridad física y que se encomendó al acierto de su base en este tercer acto, en su mano a mano con un Vidal que cuando se sentaba para tomar aire, su equipo lo notaba.

Arrancaron los últimos 10 minutos y Muratovic se encontró de bienvenida el tapón de Tunde, que apareció después ante Zamora. Mientras el Ourense buscaba la forma de hincarle el diente al Betis, Costa y Dee aprovechaban para sumar y el técnico Gonzalo García tuvo que parar el partido para que no se le escapara. Pero los de Curro Segura ya habían activado el modo defensa y Pablo Almazán aprovechó su físico para poner bajo el aro el 72-64, antes de que Tunde taponara por dos veces consecutivas los intentos de mates de Watson.

Sin embargo, cuando mejor lo tenían los verdiblancos, llegó su peor momento. Ataques mal ejecutados, vuelta a los triples sin sentido con tiempo aún para armar una jugada y a los ataques anárquicos que despertaton al Ourense con los triples de Ott y Zamora. Apareció Dee para dar la réplica, pero Van Wijk, que él solito había sumado 11 puntos de los 27 de su equipo en el primer cuarto, aprovechando las facilidades que le daba Malmanis, y que estaba en blanco desde entonces, le dio emoción al choque con una nueva canasta desde más allá de la línea de los 6,75 metros.

El encuentro se convirtió en un intercambio de golpes y errores a partes iguales. Al último minuto se entró con un ajustado 78-74 y Tunde anotó bajo el aro ante la protesta del técnico visitante, que reclamaba, seguramente con razón, que había pisado la línea de fondo. Una jugada que salió cara –probablemente, en ACB todas las de ese estilo saldrán la próxima temporada cruz–, cerró el choque para un Betis que tachó, con pico y pala, una jornada más del calendario camino de un ascenso que ya se acaricia con las manos.

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