Betis Baloncesto - Valencia Básket | La crónica

Bajo los aros nada es igual en el Betis Baloncesto (78-83)

  • El equipo de Luis Casimiro cae en su debut ante el Valencia Básket por la sencilla razón de que ha bajado varios puntos en el nivel interior

  • Gerun pelea contra sus debilidades mientras al resto le falta peso dentro

BJ Johnson trata de defender con fuerza a Prepelic.

BJ Johnson trata de defender con fuerza a Prepelic. / Raúl Caro / Efe

Debut con derrota para el Betis Baloncesto. El resultado puede entrar dentro de la lógica, toda vez que el rival, el Valencia Básket, está construido para cotas muchísimas altas. También la diferencia en el marcador no fue mucha, apenas cinco puntos en el electrónico al final, pero conviene ir algo más allá en los análisis y el cuadro de Luis Casimiro nunca estuvo metido en la pelea del todo y fue así por la sencilla razón de que su batería interior está ahora mismo a años luz de la aportación en el anterior curso de Jacob Wiley y de Pasecniks, además del lesionado Eulis Báez.

No se le puede negar espíritu de lucha a Gerun y Sylla, tampoco a Tsalmpouris o Rodion Kurucs, aunque estos dos no parecen excesivamente amigos de pegarse dentro de la zona con los rivales de buscar la fricción para ganar centímetro a centímetro el sitio para anotar fácil o al menos para abrir puertas que obliguen a los defensores a no estar tan pendientes de lo que pueda hacer Shannon Evans en sus continuos botes del balón oteando las posiciones de los demás.

Pero es que, además, tanto Gerun como Sylla, dentro de su buen juego individual en general, también tienen sus taras que son aprovechadas por los rivales. El ucraniano es toda voluntad, pero sus carencias ofensivas se ven reflejadas en sus problemas con los tiros libres, en el hecho de que alzara los brazos en tono de liberación cuando metió el tercero que anotó. Falló seis de los nueve que lanzó, un pobrísimo porcentaje que arrastró al resto del equipo para que el Betis Baloncesto acabara con 11/20 desde la línea de personal, un porcentaje ligeramente superior al 50%. Eso, lógico, no está permitido en el baloncesto profesional. En cuanto a Sylla, pese a su constante pelea por rebotear o taponar, es evidente que le faltan kilos para ser una pieza decisiva en la posición de center. Y es que está obligado a jugar ahí por la querencia de Tsalmpouris a irse siempre hacia fuera pese a sus 2,16.

Casimiro es consciente del problema que tiene ahí, del lastre que puede afectar a un equipo que prometía buenas cosas. El técnico barajó todas las parejas posibles, hizo un ejercicio de matemáticas, combinaciones de dos en dos con cuatro elementos y los movió a todos. Gerun-Kurucs, la pareja inicial; Gerun-Tsalmpouris, en la busqueda de más alturas; y todos los dúos que podía manejar en busca de solidez.

Evans trata de robarle un balón al campeón López-Arostegui. Evans trata de robarle un balón al campeón López-Arostegui.

Evans trata de robarle un balón al campeón López-Arostegui. / Raúl Caro / Efe

No la tuvo casi nunca y el Valencia Básket siempre mantuvo la ventaja con la que se manejó desde el salto inicial, de que el cubano Rivero comenzó a imponer sus kilos a todos los adversarios. Sólo al principio del segundo cuarto se abrió una rendija para la esperanza cuando el Betis Baloncesto llegó a ponerse por delante con el 22-21 y posteriormente en 25-22 gracias a un triple de Pepe Pozas.

Pero, los visitantes siempre tuvieron su ventaja en el marcador. 33-42 al descanso, 57-67 al finalizar el tercer cuarto. Los verdiblancos sólo eran capaces de hacer la goma en el argot ciclista, pero jamás llegarían a transmitirles a sus aficionados que tenían la capacidad suficiente para tratar de lograr su primera victoria. Y todo finalizó cuando Shannon Evans, muchos minutos en el banquillo, también se sumó a los errores en los libres con 71-80. Ahí acabó todo, habrá que esperar a otro día y, sobre todo, a que los pívots tengan más peso en el juego.

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