Zan Tabak viene apelando en las últimas derrotas de su Betis Energía Plus a un problema mental que hace que su equipo se hunda a las primeras de cambio. La cuestión es que el conjunto verdiblanco se desconecta demasiado rápido de los partidos, tanto que casi no da tiempo a que la psicología influya negativamente. Y es que está siendo demasiado habitual que en los primeros cuartos el rival ya doble al equipo hispalense, que debe empezar a remar en contra demasiado rápido.

Es por ello por lo que Tabak y su cuerpo técnico se han reunido con la plantilla estos días para hablar y encontrar la raíz de una patología que preocupa mucho. Con más de seis meses de competición disputada, el Betis Baloncesto no parece un equipo en la cancha. Falta feeling. Eso que años atrás era la esencia del conjunto hispalense, ya sea con la quinta de los niños al mando o después con la implicación de nacionales como Berni Rodríguez, Oriola o Alfonso Sánchez.

La falta de química se nota en la pista y el juego se convierte en una anarquía ofensiva que en defensa cambia a falta de solidaridad: las ayudas llegan tarde, falta de intensidad y de concentración.

Todo llegó tras los triunfos ante el Bilbao, el Real Madrid y el Unicaja. ¿Relajación? Pudo ser el inicio de todo y lo que ha llevado al equipo a una racha negativa que de no frenar haría igualar ya la peor serie histórica de derrotas seguidas de la entidad: ocho en la temporada 2014-2015, entre la jornada 11 y 18. De momento van siete y el equipo ha pasado de tener la opción matemática (que no real) de jugar la Copa del Rey a verse con el agua al cuello con el descenso acechando. Por ello será clave la puesta en escena de Fuenlabrada. Un mal inicio, como ante el Gran Canaria, el UCAM, el Manresa o el Andorra, condenará a los de Tabak a las primeras de cambio. Pero si la piña funciona desde el inicio habrá alguna oportunidad.