En un cara o cruz, casi en una ruleta rusa, como ante el Obradoiro y el Básket Zaragoza, con los buenos asumiendo responsabilidades y los menos habituales aprovechando sus oportunidades, el Betis Energía Plus se impuso al Joventut y rompió la mala racha de cuatro derrotas seguidas. Y no sólo eso, porque tras la imagen de un equipo roto, deshilachado de los últimos encuentros, se vio un conjunto comprometido, peleón, con carácter y, sobre todo, con alma. Con todo ello es mejor equipo. Alma para levantarse cuando la Penya golpeaba desde el triple o un ex como Jerome Jordan reventaba el aro; alma para no bajar los brazos cuando los de Diego Ocampo parecían abrir brecha; alma para no desesperarse cuando el ataque se atascaba y la defensa hacía aguas. Alma, en definitiva, para que emergiera el carácter necesario, y que otros días faltó, para sacar adelante un choque que era como una final y que puede, y debe, servir para tomar un impulso y levantar el ánimo de la tropa de Zan Tabak.

El choque, muy igualado, se resolvió al final, pese a los problemas en varias posiciones y el agujero en el ala-pívot, con un Nachbar fallón y poco participativo.

La aparición de Chery y la entrada de Mahalbasic dieron otro aire al conjunto sevillano. El base, lesionado tres semanas, reapareció y por momentos se echó al equipo a la espalda, aunque el cuadro verdiblanco jugaba mejor con Radicevic al mando, pese a sus errores desde el triple. El pívot dio otro aire ofensivo, no sólo por generarse sus puntos sino por abrir espacios para sus compañeros. Los dos, junto a un activo Lockett, poderoso en el rebote, mantuvieron el intercambio de golpes con Stutz y Jordan, ya que el Joventut no estaba atinado desde el triple.

El cuadro bético llegó vivo al último cuarto y ésa era la mejor noticia antes de encarar el último cuarto, si bien el 73-67 hacía ya prever lo peor. Pero salió a relucir algo que ante el Baskonia ni se olió: orgullo. También una buena gestión en los instantes decisivos del técnico, que apostó por un perro de presa como Alfonso Sánchez, le dio la oportunidad a Cate (por delante de Triguero) y mantuvo a un Lockett poderoso con su físico y determinante con su talento. La mezcla fue perfecta.

El rumano frenó a Jordan, el jiennense elevó la intensidad defensiva y el norteamericano lideró un parcial de 0-8 para darle la vuelta al marcador e inundar de miedo el Olímpico de Badalona y de dudas al equipo verdinegro. Todavía Gielo puso por delante a los suyos, pero entonces emergió un desaparecido Nachbar para asestar un golpe decisivo al rival desde la línea de los 6,75 metros. Su primera canasta. A Mahalbasic, estelar en la pintura y demostrándole a Triguero cómo se genera uno canastas, le dio tiempo a colocar el 80-86, pero emergieron Bogdanovic y Sergi Vidal, base improvisado por la eliminación de Sabat los tres últimos minutos, para empatar de nuevo. Y entonces llegó el momento de Stojanovski. Por fin. Para eso vino. Su triple en las barbas de Abalde y Ventura le dio el partido a un Betis que después supo gestionar bien su ventaja desde la personal en los segundos que faltaban antes de que Cate, que venía de robar la pelota, sentenciara el triunfo con un sensacional palmeo.

Ficha técnica:

88. Divina Seguros Joventut (23+23+24+18): Sabat (6), Lapornik (7), Vidal (13), Bogdanovic (12), Jordan (16) -equipo inicial-, Ventura (5), Miralles (-), Stutz (8), Abalde (8), Vasiliauskas (5) y Gielo (8).

94. Real Betis (22+23+20+29): Radicevic (7), Lockett (27), Stojanovski (16), Nachbar (5), Triguero (2) -equipo inicial-, Chery (12), Sánchez (3), Milosevic (5), Mahalbasic (15) y Cate (2).

Árbitros: Martín Bertán, Manuel y Serrano. Eliminaron por cinco faltas personales a Albert Sabat (min. 37), Rasid Mahalbasic (min.40) y Kenny Chery (min.40).

Incidencias: partido correspondiente a la duodécima jornada de la Liga Endesa disputado en el Palau Olimpic de Badalona ante 6.056 espectadores