Dos partidos y dos derrotas para el Betis Baloncesto. Dos tropiezos parecidos cayendo en errores similares y jugando a tirones, al ritmo que marcaban los triples: los que entraban y los que no. La Liga Endesa no ha hecho más que empezar y dos encuentros todavía no son reflejo de lo que pueda ser la temporada, pero sí ponen el acento en los debes de un equipo que flaquea en el juego interior, que parece depender en exceso de su acierto exterior y que todavía no ofrece el nivel defensivo de la recta final del curso anterior.
Ante el Valencia Básket los verdiblancos cayeron por 78-83 en el debut. Resultado engañoso, porque el cuadro taronja dominó casi de principio a fin y sólo al final pudo maquillar algo el resultado el conjunto sevillano. No en vano, los heliopolitanos sólo estuvieron por delante en el marcador en dos ocasiones en todo el partido: el 22-21 y el 25-22 al inicio del segundo cuarto. Ya en el tercer acto la diferencia se estableció en torno a los 15 puntos y la contribución de los pívots, con el choque resuelto, y la relajación visitante hicieron que el marcador se estrechase. En Bilbao, donde se cayó con más contundencia (85-70), más de lo mismo. Dos ventajas únicamente, con el 3-4 y el 5-6 del principio. Y después juego a tirones con los locales abriendo brecha (28-14) y los visitantes recuperándose varias veces metiéndose de nuevo en el duelo: 37-34, 58-52 ó 64-59 en el cuarto definitivo, aunque entonces un parcial de 12-2 (76-61) liquidó las opciones béticas. Luis Casimiro no puso objeción alguna a la derrota.
Cuatro ventajas en 80 minutos (poco más de un par de minutos del total por delante en el luminoso) parecen escasas rentas para un conjunto con Evans, Bertans, Hill (que se destapó en Miribilla), Kurucs o BJ Johnson, pero carente de un cinco que marque diferencias y de la energía en la pintura que aportaban Pasecniks y Wiley, respectivamente. Gerun no es, de momento, ese jugador definitorio por dentro y Sylla y Tsalmpouris no son esos jugadores físicos que se impongan en la pintura. En Bilbao entre los tres sumaron nueve puntos,mientras que contra el Valencia aun anotando 32 puntos apenas lograron cuatro en el segundo cuarto, cuando el equipo de Álex Mumbrú se escapó en el marcador. La ausencia del veterano Báez es un lastre, ya que es un jugador experimentado que suma incluso en el banquillo, como la aportación de Pablo Almazán, lesionado y que aúnno ha debutado, en defensa o los centímetros de Nzosa por dentro.
Pero los problemas en la zona no lo explican todo. El Betis ha apostado por una línea exterior potente (17/54) y sólo el Manresa (19/56), próximo rival el sábado en San Pablo, y el Baskonia (23/57) han lanzado más veces de tres puntos, aunque es cierto que los de Luis Casimiro no cuentan con unos de los peores porcentajes de acierto (31,5%) de la liga pese al 6/25 de este pasado domingo. El problema en muchos casos es la mala selección de tiro, a veces buscando triples bien defendidos en vez de buscar mejores alternativas. Frente al Valencia lanzó más tiros de campo, pero falló más y perdió claramente la lucha por el rebote. Contra Bilbao su mal porcentaje exterior fue su perdición.
Cierto es que Shannon Evans, el hombre sobre el que debe girar el Betis sobre el parqué, aún no ha mostrado la excelsa imagen de la segunda parte del anterior ejercicio. Y posiblemente no aparezca tan a menudo como entonces, pero sí que debe dar un paso adelante como se les exige a las estrellas.
Y si anotar en un lado es importante, los objetivos se consiguen evitando que el rival vea aro con facilidad. De momento los dos rivales han superado los 80 puntos con la sensación de sumar con cierta facilidad, contando con cómodas ventajas en torno a la decena de puntos o por encima. Tanto Valencia como Bilbao sólo se quedaron un cuarto por debajo de los 20 puntos, lo que hace difícil mantener la pugna sin el acierto de tu lado.
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