Coosur Betis-Lenovo Tenerife | La crónica

Tan fácil para el rival que mosquea

  • El Betis, que sigue en la lucha por la permanencia, firma un paupérrimo partido ante un Tenerife que estuvo muy cómodo en San Pablo

  • Un gran segundo cuarto bastó a los visitantes para sentenciar el duelo al descanso

Sulejmanovic y Sergio Rodríguez tratan de frenar a Ndoye.

Sulejmanovic y Sergio Rodríguez tratan de frenar a Ndoye. / D. Ligero (ACB Photo)

Igual que al soldado se le exige valentía, o al menos se le presupone, de un equipo que se está jugando la permanencia se espera la máxima lucha y entrega en cada duelo. No está la cosa para tirar un partido, por mucho que enfrente esté uno de los mejores equipos de la ACB, pero el Coosur Betis firmó uno de sus peores encuentros del curso con Joan Plaza al mando para ser barrido de San Pablo por un Lenovo Tenerife que ni siquiera tuvo que forzar la máquina para superar a su rival por 82-93. Sucedió al son que marcaba Marcelinho y la ejecución de los pívots del cuadro insular y un Salin encendido que se llevó de calle el duelo ante un Feldeine que poco se pareció al de Badalona por desgracia para los verdiblancos.

Ganar al conjunto de Txus Vidorreta era complicado. Un equipo que apenas ha perdido cinco partidos en lo que va de temporada y sólo uno, ante el Gipuzkoa, ante conjuntos que no son de la zona alta. Pero al menos había que intentarlo. Jugar con cabeza, plantar cara demostrando esa mayor necesidad y deseo que se espera de un conjunto que se juega la vida. Pero no se vio nada de eso. Tras un primer cuarto en el que el Tenerife ya amagó con romper el partido (13-22), fue en el segundo acto con un parcial de 13-29 cuando dejó visto para sentencia el choque con una comodidad que cabreó a cualquier aficionado bético.

Y es que, como en la primera vuelta, el bloqueo y continuación fue el pilar para romper la feble defensa bética, con los pívots dominando en la pintura e incluso distribuyendo el juego con los béticos llegando tarde en defensa a poco que el Tenerife movía algo la bola. Con los insulares atacando muy fácil y encontrando muchos tiros liberados, cada ofensiva local era como ir a la guerra y costaba un mundo anotar. Todo es más fácil con Shermadini de tu lado, claro. El georgiano, que no jugó el miércoles por precaución en Riga, no tuvo problemas ni ante Jerome Jordan ni Ndoye en su partido 200 en ACB. Bien es cierto que el arbitraje sobre el senegalés no es igual, algo que empieza a desesperarlo viendo que se repite partido tras partido, pero no es excusa para justificar la facilidad con la que Shermadini o Fran Guerra anotaban bajo los aros (9/10 en tiros de dos puntos entre los dos), sin apenas ayudas en defensa.

Tisma y Jerome Jordan, ante Cavanaugh. Tisma y Jerome Jordan, ante Cavanaugh.

Tisma y Jerome Jordan, ante Cavanaugh. / D. Ligero (ACB Photo)

Si a ese poder interior, el manejo de Marcelinho (13 asistencias por las 15 de todo el Betis) se suma el esperado acierto por fuera (9/17 al descanso) del equipo con mejor porcentaje en triples de la Liga, la ecuación da como resultado una clara derrota que el maquillaje del último cuarto no puede ni debe ocultar la escasa resistencia propuesta por un conjunto que sigue con la soga del descenso al cuello.

En el minuto 16 ya perdía el Betis por 20 puntos, entregando el partido muy pronto

Aguantó el primer cuarto con el gancho el cuadro sevillano (17-22), pero cuando los de Vidorreta empezaron a mover el balón no les costó encontrar a un tirador liberado para empezar a abrir brecha. Salin veía el aro como una piscina, desde cualquier posición; Sulejmanovic no encontraba oposición y el 4-19 de parcial en seis minutos dejaba listo para sentencia el choque antes del descanso (21-41), con el Tenerife venciendo ya por 20 puntos. Y el marcador no era lo peor.

Lo peor era la tremenda sensación de inferioridad de un Betis que parecía un juguete en manos del rival, que jugaba con una comodidad que encendía a un Plaza que se ganó una técnica por protestar mientras los colegiados se limitaban a avisar en el otro lado por flopping.

No tuvo más historia un partido decidido en el minuto 16, pero que dejó detalles importantes cara a lo que le viene al cuadro heliopolitano ahora en el calendario, con cuatro duelos ante rivales directos en los que se juega la permanencia. Detalles como el de Feldeine, que cuando no tiene el día se evade como en el último ataque local del primer tiempo cuando en vez de agotar la posesión lanzó un auténtico melón contra el tablero que permitió montar un contragolpe al rival para que Salin pusiese el 30-51 al descanso.

27 puntos logró en el primer tiempo el Tenerife desde el triple, por sólo los seis los locales

Detalles como el de un Tisma –el bético que más minutos disputó– que parece contar con más galones de los que debería tener un joven que casi está debutando en la ACB o la irregularidad de un Ouattara que sigue sin demostrar en Sevilla lo que hace cuando se va con su selección.

Amagó el Betis en la reanudación con reaccionar y con un 12-4, presionando a toda cancha, redujo la distancia hasta los 13 puntos (42-55). Pudo recortarla más, pero una pérdida de Feldeine fue castigada por Salin con un triple y el conjunto de Plaza volvió a diluirse y con poco esfuerzo el Tenerife acabó el cuarto con 24 puntos de ventaja (50-74).

Tisma defiende a Cavanaugh. Tisma defiende a Cavanaugh.

Tisma defiende a Cavanaugh. / D. Ligero (ACB Photo)

Maquilló el marcador el Betis, pero la sensación era que si el Tenerife hubiese necesitado ganar por 30 puntos no habría tenido problemas en hacerlo. Y esa imagen es la que el equipo verdiblanco debe cambiar. Resetear, porque en una semana visita al Gipuzkoa jugándose buena parte de sus opciones de permanencia. Una final en la que sí debe mostrar la valentía que se le presupone a cualquier soldado o conjunto que se juega la vida.  

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