Un único triunfo y cuatro derrotas alumbran al Coosur Betis desde la salida de KC Rivers, el hombre que debía ser el referente ofensivo del equipo y que se fue sin pena ni gloria. Desde entonces anda el conjunto sevillano inmerso en un mercado que no le está poniendo las cosas fáciles ni en lo económico, pese a liberar la ficha más alta del plantel, ni en lo deportivo, ya que no es fácil convencer al personal para recalar en el colista de la ACB.

Con la marcha de Rivers la batería del perímetro se queda corta, ya que Sipahi no es un base con buena mano, Slaughter no pasa por su mejor momento, Pablo Almazán no es una referencia exterior y Conger no es fiable en el tiro. Queda Borg y lo que pueda sumar Obi como cuatro abierto. Sin embargo, a esa carencia se suma la necesidad de dotar al juego interior de una pieza titular, ya que Whittington está actuando más como ala-pívot y a Niang e Izundu les queda grande la ACB.

Ha picado alto el Betis y no han cuajado sus intentos. La idea es dar prioridad al pívot y se busca alguien de renombre para asegurar el tiro. Ante las dificultades de atar a un cinco de ese perfil, la otra alternativa es fichar a dos jugadores de un escalón inferior, pero que puedan sumar igualmente: uno por fuera y otro por dentro y habría algún corte.