Coosur Real Betis-Fuenlabrada | La crónica

Una cara nueva con sonrisa al final para el Betis Baloncesto (86-79)

  • Los verdiblancos vuelven a ganar tras seis derrotas mostrando una mayor solidez atrás y eficacia en ataque

  • Trimble sostuvo al Fuenlabrada, pero Ouattara y Ndoye respondieron en un Betis que ha mejorado con los fichajes

Ndoye machaca el aro ante Eyenga.

Ndoye machaca el aro ante Eyenga. / D. Ligero (ACB Photo)

Aunque todavía quedan días para 2021, podría decirse aquello de año nuevo, vida nueva para un Coosur Betis que, tras seis derrotas seguidas, por fin se llevó una alegría ganando al Fuenlabrada por 86-79. El aire insuflado por Joan Plaza a un conjunto que empieza a defender con la actitud que el técnico exige y los dos fichajes, los dos Jerome, Randle y Jordan, parece, de momento sólo parece –nada de echar las campanas al vuelo por un triunfo–, que le han cambiado la careta de equipo perdedor a los verdiblancos. Todavía necesitan mejorar en un rebote con el que conceden muchas segundas opciones y no fallar esos triples a pies parados que tanto dañan la moral de un grupo todavía muy débil psicológicamente, pero ya es otra cosa.

Ese triunfo debe servir para reforzar la cabeza y la moral de los béticos, que con otra buena puesta en escena se vieron con 20 puntos de diferencia en el minuto 15 (40-20). El tiempo que contuvo el cuadro sevillano a un anotador como Trimble, que con su primera canasta puso el 40-22 y no paró hasta sumar 30 puntos en su casillero con los que los madrileños se mantuvieron en el choque hasta casi el final, más por los errores de los locales, que desde el 2-0 estuvieron siempre por delante en el marcador, que por un rival que se puso en manos de su estrella, al que sus compañeros dejaron demasiado solo en la producción ofensiva.

41 puntos sumaron Ndoye y Ouattara para contener los 30 que en el Fuenlabrada anotó Trimble

Y eso que los 19 rebotes en ataque de los madrileños les pudieron costar caro a los sevillanos en el partido. Siguen sufriendo ahí los de Plaza, un aspecto que deben mejorar con la entrada en el equipo de un jugador como Jerome Jordan, diésel, que necesita tiempo para coger el ritmo pero que siempre aporta desde su experiencia, y que dejó fuera a Niang de la convocatoria.

Tampoco entró Obi y sí Randle (junto a Magassa para cumplir con los cupos). Aviso para navegantes de Plaza, que no se corta un pelo a la hora de tomar decisiones. Los dos nuevos se estrenaron en anotación en el segundo cuarto y si el pívot ayudó con cuatro capturas el base lo hizo con ocho puntos, alguna asistencia más de lo que refleja su estadística y un juego vertical que le vendrá muy bien al conjunto hispalense.

Kay, ante Vene. Kay, ante Vene.

Kay, ante Vene. / D. Ligero (ACB Photo)

La salida del Betis fue la esperada. Duro atrás, con ganas y actitud en defensa y, por fin, acertado en ataque. Entendió bien el equipo que la superioridad física de Ndoye había que aprovecharla y el senegalés lideró un buen primer cuarto con 12 puntos que abrían la brecha. Eso y una defensa que en más de cuatro minutos apenas concedió dos puntos. Con Trimble frenado por un activo Campbell, que pasaba bien los bloqueos por delante para no darle un metro a su par, fue Meindl quien entendió que si los triples no entraban (0/5) en los primeros 10 minutos, había que buscar puntos por dentro.

El 27-11 del primer cuarto daba pie a la esperanza. Esperanza que creció al son de Randle en el segundo acto, hasta colocar el 40-20 en el marcador en el minuto 15. Todo de cara. Demasiado fácil, quizá. Trimble no aparecía, los triples le entraban al Coosur Betis y las ayudas llegaban atrás, donde las manos de los verdiblancos se multiplicaban para que el rival encadenara pérdidas (nueve al descanso). Pero este equipo no está abajo por nada. Llegó la crisis. Apareció Trimble y esos triples que antes iban adentro ahora rebotaban en el aro (1/7 en el segundo cuarto). Y lo peor es que el equipo se ofuscó. En vez de cambiar la idea y buscar de nuevo a Ndoye o Jordan por dentro, el triple era casi el único argumento en ataque para encajar un parcial de 0-13 en contra que cortó Ndoye machacando con rabia.

Y eso que el Fuenlabrada no sumaba tampoco desde los 6,75 metros (1/10 al descanso), aunque llegó ahí (44-39) metido en el encuentro con una desventaja de sólo cinco puntos tras ver el partido perdido cinco minutos antes. Otra vez el buen trabajo hecho durante parte del primer tiempo tirado por tierra en unos pocos minutos y a volver a empezar.

El Betis pasó en cinco minutos de un +20 (40-20) a llegar al descanso con 44-39

La salida del tercer cuarto era clave y el Betis mostró una solidez psicológica en la que cimentó el triunfo. Con Borg y Ouattara el equipo funcionaba mejor que con la pareja Feldeine-Pablo Almazán y entre ambos, y el apoyo de un Kay que hace de todo y suma, además de rebotes, los deseados intangibles de Plaza, abrieron de nuevo una pequeña brecha en torno a la decena de puntos que, pese a la cabezonería (bien entendida) de Trimble se mantuvo en el choque, con el galo sumando desde las línea de los 6,75 metros y el sueco poniendo un puntito extra en defensa para llegar a los últimos 10 minutos con 71-61.

Ouattara encara al fuenlabreño Meindl. Ouattara encara al fuenlabreño Meindl.

Ouattara encara al fuenlabreño Meindl. / D. Ligero (ACB Photo)

La vida para un Betis que tenía que ganar por todos los medios. Era el partido en el que, aun con toda la segunda vuelta por delante todavía, se cimentaban las opciones de permanencia de un equipo que necesita creer en lo que hace. Y eso se consigue ganando. Supo jugar los minutos decisivos el cuadro sevillano, pese a no contener a Trimble, pero Ouattara respondía, Campbell llevó bien las riendas y Ndoye anotaba hasta desde la personal, lo que no logró Alexander por tres veces seguidas, para que el Betis, por fin, acabase un partido otra vez con una sonrisa.

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