Betis energía-plus-retabet bilbao

Inferior desde el salto (73-85)

  • Una pésima primera parte condena al Betis, que suma una nueva derrota.

  • El Bilbao, dueño absoluto, especuló con el resultado tras la reanudación.

Un lance del Betis-Bilbao en San Pablo.

Un lance del Betis-Bilbao en San Pablo. / Víctor Rodríguez

Nueva derrota del Betis Energía Plus en San Pablo, esta vez frente a un Bilbao con la urgencia del play off, que lo condena aún más en la zona de peligro de la clasificación. Únicamente el favor del Unicaja, que derrotó incluso con resaca de título al Obradoiro, no descendió a los verdiblancos a lugares ciertamente comprometidos. No salió con fe el equipo verdiblanco. La baja de Nachbar por problemas físicos, pieza principal en un equipo ya de por sí limitado en recursos, añadía un inconveniente más a un equipo sostenido con alfileres. El choque estuvo casi sentenciado en los primeros 20 minutos, justo lo contrario que la consigna planteada durante la semana.

Lo había anunciado Tabak: era vital empezar atinado no sólo por los evidentes efectos anímicos sino por la necesidad de comprometer con la causa a la hinchada. Pero fue justo lo contrario. Con un Mahalbasic atosigado por constantes dos contra uno, el ataque del equipo bético se limitó a una ristra inane de lanzamientos desde más allá de la línea de tres que acabaron demasiadas veces demasiado lejos. En la primera mitad no entró nada. Y el equipo se murió.

O eso parecía si no es por la siesta en la que se abandonó el equipo visitante tras la reanudación. Con un equipo cajista deprimido y precisando de respiración asistida, perdiendo prácticamente todo el choque por una desventaja que rondaba la veintena, el partido perdió el rumbo mediado el tercer cuarto, fruto de la relajación de los hombres de Carles Durán. Eso sí, no dejaban acercarse a los verdiblancos. Era una reacción controlada, como las explosiones de los Tedax.

Ahí surgió la figura de Alfonso Sánchez, convertido en héroe y antihéroe en apenas unos minutos. Suyos fueron los triples con los que el Betis llegó a una desventaja de 11 puntos a falta de siete minutos para el final y suya fue también una técnica, segundos después, que ayudó a que el Bilbao pusiera de nuevo las cosas en su sitio.

Como se decía, el inicio del Betis fue nefasto. El Bilbao iba marcando progresivas máximas diferencias parciales en el marcador según avanzaban los minutos. Era una especie de proceso automático. El porcentaje del equipo bético, negado en el tiro, registró en el primer periodo no más de un 30% de acierto en tiros de campo, todo lo contrario que los hombres de Carles Durán, que las anotaban de todos los colores y condiciones.

Penetraciones, tiros exteriores abiertos, segundas oportunidades gracias al rebote ofensivo visitante... La sensación de superioridad visitante era abismal. Se trata de las sensaciones, pero también de los hechos. Con escaso poder en el rebote, perdiendo la pelota en acciones insólitas, el juego verdiblanco no existía. El equipo despedía humores de impotencia.

No mejoró el equipo en el segundo cuarto, todo lo contrario, por difícil que resultara después del pésimo primer cuarto. La ventaja bilbaína seguía incrementándose, pese a haber levantado sensiblemente el pie del acelerador, fruto sobre todo de las canastas fáciles propiciadas por un sinfín de errores desde la línea de tres de los béticos: los 12 fallos desde el perímetro (dos de 14 en la primera mitad) favorecían las carreras de Tabu, Todorovic o Hervelle, que freían a canastas a los béticos.

El Bilbao jugaba cómodo, desinhibido, como si enfrente hubiera un equipo canterano. La diferencia seguía siendo demasiado grande. Y, si los errores en el tiro no hubieran sido bastantes, las pérdidas seguían complicándole la marcha al Betis: Kane y Marelja se confirmaban como unos especialistas en ese capítulo. El choque parecía un funeral. El público asistente en San Pablo, atónito, observaba en silencio cómo los suyos se mantuvieron más de cuatro minutos sin anotar, en cuyo apartado era sólo Milosevic quien sostenía al equipo (ocho puntos) al final del primer tiempo.

La segunda parte fue otra historia. Y lo fue principalmente porque el conjunto vizcaíno, dueño y señor del choque, empezó a especular con la ventaja. El descanso de los mejores -Mumbrú, Tabu o Hervelle- y la reserva de Eric, acuciado por las personales, favorecieron un cierto despegue del Betis. El pundonor de Alfonso Sánchez, con dos triples seguidos, acercaban a su equipo por una vez a una desventaja asible. La ansiedad del escolta malagueño, al mismo tiempo, estropeó esa racha bética que a punto estuvo de desconcertar al adversario de negro.

Pero fue entrar en pista de nuevo Mumbrú para que el Bilbao comandara de nuevo la sala de máquinas del duelo. El intercambio de golpes en forma de canastas no favorecía al Betis y al partido le quedaba cada vez menos tiempo. A falta de un minuto, con un resultado quizá maquillado, los jugadores se saludaban en el centro del campo, deseando ducharse y salir de allí corriendo.

Ficha técnica:

73 - Betis Energía Plus (12+11+30+20): Kane (5), Stojanovski (10), Lockett (11), Milosevic (16), Mahalbasic (5) -quinteto inicial-, Radicevic (10), Alfonso Sánchez (6), Triguero (3), Marc García (5) y Marelja (2).

85 - Retabet Bilbao (25+20+23+17): Tabu (15), Mumbrú (16), Todorovic (6), Hervelle (10), Eric (7) -quinteto inicial-, Borg (5), Lapornik (3), Salgado (10), Buva (11), Mendia (-), Llorente (-) y Nikolic (2).

Árbitros: Pérez Pizarro, Aliaga y Fernández. Eliminaron por personales al visitante Eric (min. 40).

Incidencias: Partido correspondiente a la 28ª jornada de la Liga Endesa celebrado en palacio municipal de los deportes San Pablo. 4.631 espectadores, según informó el club local.

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