Como si de un auténtico golpe sobre la mesa se tratara, el Betis Futsal solventó con creces el primero de los tres duelos que pueden marcar el devenir de la temporada. El Soliss Talavera, que llegaba al pabellón de San Pablo invicto a domicilio –cinco victorias y otros tantos empates en sus diez desplazamientos–, hincó la rodilla ante los verdiblancos, que firmaron quizás el mejor partido de la temporada ante un peligroso rival, anclado en la zona alta de la clasificación.

Una manita que permite a los de Juanito ya pensar en el duelo de cuartos de final de la Copa del Rey del próximo miércoles, en el que recibirá en Amate al Peñíscola de Primera División. La visita la próxima semana al Manzanares, segundo clasificado, pone el punto final a este particular Tourmalet en el que los béticos se jugaban mucho de cara al futuro de la competición. Precisamente, el empate de los machegos en su visita al Noia Portus (3-3) permite que el Betis amplíe a cuatro puntos su renta en la cabeza de la tabla. Fue el culmen a una jornada completamente redonda.

Supieron sufrir los verdiblancos cuando tocó y maniatar a uno de los forasteros más peligrosos de la competición cuando el guion lo exigió. De menos a más fue el conjunto local, hasta prácticamente anular (y desesperar) a su rival. Tras varios sustos en la primera mitad, la intensidad defensiva de la segunda parte hizo que Cidao prácticamente fuera un espectador más del cerca de millar de aficionados que estaban en las gradas de San Pablo.

Los nervios acompañaron a ambos equipos durante los primeros compases de partido, había mucho en juego. Las faltas se convirtieron en otro enemigo para el equipo bético: a los seis minutos de partido ya habían acumulado tres y el fantasma del doble penalti comenzaba a sobrevolar por San Pablo. Con todo, los dos primeros acercamientos realmente peligrosos llegaron del bando forastero. Primero, en un mano a mano ante Cidao que Anass no acierta a convertir. Unos segundos después, en otra acción que no se convirtió en gol por la rápida intervención bajo palos de Víctor Arévalo.

Precisamente fue el ala bético el que inauguraría el marcador. Fue con un fortísimo disparo lejano y cruzado ante el que Íker fue incapaz de reaccionar. Llegaban los béticos al ecuador del partido por delante pero con cinco faltas ya acumuladas en el petate. Y en un penalti de Cidao, llegó la sexta. Juanito dio entrada a Marc para que intentara atajar el lanzamiento, pero Kike la clavó en la escuadra. Pero los béticos no se amilanaron con el tanto. Y rápido se volcaron en ataque. La respuesta fue el gol de Éric Pérez. Tras una buena combinación, el balón llegó al pivote bético, que culminó con un taconazo la excelsa jugada. Y todavía habría tiempo para más. Fue Borja Blanco, después de haber avisado con otro zapatazo algunos segundos antes, quien dejó el encuentro con un 3-1 para el descanso.

La segunda mitad supusieron los mejores 20 minutos del equipo bético de toda la temporada. En defensa, los de Juanito metieron una marcha más, abortando todas las acciones que podían llegar a generar peligro para la portería de Cidao. Eran cinco jugadores, pero parecían diez. Fuertes atrás, y solventes arriba, con dos tantos –que pudieron ser muchos más–, cerraron la goleada los heliopolitanos. El cuarto de la tarde lo firmó Emilio Buendía, que puso el broche a una bonita contra que nació en los pies de un inspirado Burrito y que continuó con la conducción de Borja Blanco. Fue el propio ala bético el que firmó el quinto tanto con un disparo lejano.