Bilbao Básket-Betis Energía Plus | La Crónica

Un esperpento de líder (98-68)

  • El Betis encaja en Bilbao una importante paliza gracias a un tercer cuarto en el que los hispalenses no compitieron

  • El 'average' cae del lado vasco, que reduce la ventaja a cuatro triunfos

Derrota en Miribilla del Real Betis Energía Plus

Derrota en Miribilla del Real Betis Energía Plus / Real Betis

Quizás se quedó encerrado en el vestuario, quién sabe. Porque los jugadores que saltaron al parqué tras el descanso de Miribilla no son los mismos, o no pueden ser los mismos, que estuvieron en la primera mitad vestidos de verde y blanco. Sin intensidad, sin ideas, sin alma.  El Betis, como ocurrió hace dos semanas en Palma, volvió a perder de paliza, esta vez ante un rival directo por la primera posición como es el Bilbao, que consumó su terrible venganza tras caer en los dos cara a cara previos gracias a la intensidad, a cargar el rebote ofensivo y aprovechar las segundas oportunidades que su rival le ponía en bandeja. Tras el paso por vestuarios, el equipo vasco se encontró a un equipo dormido, y lo aprovechó. Como debe ser. Un pelele en manos de su rival, que no sabía cómo responder a la brillante y coral puesta en escena de los hombres de Álex Mumbrú, que evidentemente, fueron a hacer sangre. El parcial encajado en el tercer cuarto (35-15) supone un toque de atención al vestuario: todavía queda mucha tela por cortar en la temporada y los despistes se pagan caros.

La derrota es dolorosa y vergonzosa a partes iguales. Casi de tiempos pretéritos. Habrá que ver cómo afecta mentalmente al equipo, que parece haber perdido la frescura de hace semanas a pesar de disponer de una de las plantillas más amplias y de garantías de la categoría. Costó ganar en casa al CB Prat hace unos días y en Bilbao, el equipo demostró que el equipo no atraviesa su mejor momento y que la temporada, a pesar de las cuatro victorias de colchón que tiene sobre sus perseguidores, puede hacerse excesivamente larga. Los 30 puntos abajo, además de una paliza considerable, suponen perder el basket average en favor del cuadro vasco, que tratará de aprovechar ese factor en las diez jornadas que restan de campaña para asaltar el primer puesto si los tropiezos verdiblancos se suceden.

Iván Cruz, quizás con más motivación de lo habitual, se erigió como el líder de su equipo, mostrando un catálogo de movimientos en la pintura del que poco o nada se vio durante su estancia en Sevilla, donde se aventuraba a lanzar tiros forzados y que no le correspondían. 21 puntos, con dos triples incluidos, firmó el interior madrileño, que se convirtió en el mejor socio de Lammers (14) en el juego interior para hundir al Betis. Brown y Matulionis (14 y 15 puntos) se encargaron de sentenciar al líder, que durante los 20 minutos de la segunda mitad se vistió de equipo vulgar y corriente para el más que lógico jolgorio de Miribilla.

Pocas sorpresas se preveían en la puesta en escena de ambos equipos, que se conocen prácticamente a la perfección. Los béticos sabían que el arranque billbaíno sería fuerte, como ocurrió en anteriores enfrentamientos, aunque quizás se vieron sorprendidos por la intensidad defensiva con la que comenzaron el duelo. Bropleh aprovechó un hueco en la esquina para dar la primera ventaja a los suyos con un triple, pero los hombres de Álex Mumbrú sabían qué tenían que hacer: una fuerte defensa sobre la salida de balón y evitar que los hispalenses corrieran cómodos a la contra, tomando ellos ese rol. Un parcial de 9-0 mandaba un primer aviso a navegantes, pero Borg, motivado como se preveía en su regreso a Miribilla lideró el volteo del marcador para el bando visitante con otro parcial de 0-8 (9-11). Álex Mumbrú intentó cortar la dinámica positiva del rival con un tiempo muerto a falta de poco más de 4 minutos y el duelo volvió a igualarse. Planteó el equipo bilbaíno una zona 2-3, pero Lluís Costa la rompió atrayendo a varios rivales y sacando la pelota hacia la línea de triple para que Obi anotara de triple y pusiera a los suyos tres arriba. La aportación del cuatro en ataque fue, quizás, de las notas más reseñables, puesto que otro lanzamiento suyo permitió a los béticos alcanzar los cuatro puntos de renta (15-19). Lammers y Costa, desde los tiros libres, cerrarían el cuarto con la misma distancia para los visitantes (17-21).

Quizás como si de un anuncio de lo que llegaría después, el Bilbao apareció mucho más fuerte en el inicio del segundo cuarto. Javi Salgado y Lammers, que firmaron los primeros ocho puntos de su equipo en este acto, se unían para desarbolar a la defensa bética con relativa facilidad. Parecían colapsados y Curro Segura solicitó un tiempo muerto para aclarar conceptos e ideas. Tunde, con un mate tras asistencia de Samb, devolvía el equilibrio. Si Bilbao abría brecha con cinco puntos (32-27), pronto encontraban la respuesta bética para evitar que se rompiera el partido. Primero fue Pablo Almazán, después Dee, con un triplazo sobre el fin de posesión, y después otro sobre la bocina de Dani Rodríguez los que evitaron que los puntos de Matuilonis y Brown dejaran el duelo sentenciado antes del descanso (43-42).

Pero ésta llegó. Y lo hizo de la forma más contundente posible. El líder se disfrazó de equipo pequeño y, a pesar de que intentaron mantenerse anclados al partido con una canasta de Bropleh y un triple de Costa (48-47), los béticos desaparecieron sobre el parqué de Miribilla. Sin rastro del equipo combativo y luchador que se ha visto durante la temporada. Y claro, el Bilbao, que olió a sangre, no desaprovechó la oportunidad para asestar un golpe sobre la mesa con un parcial de 13-0 (61-4) que dejó noqueado al equipo bético, con la máxima renta hasta el momento del cuadro local. Sin respuesta ni sobre el parqué, ni en el banquillo. Las modificaciones de Curro Segura del quinteto sobre la pista tampoco surtían efecto, mientras que los bilbaínos seguían a lo suyo. Cruz impartía un clínic en ataque ante un Obi tan activo en ataque como desaparecido en defensa (se marcó una buena chapa en la primera parte, y poco más) y cada vez más jugadores se sumaban a la fiesta hasta dejar la diferencia al término del tercer parcial con un +21 para los locales (78-57).  

Ni con orgullo lograron maquillar el marcador en el último parcial los béticos. "No quiero ganar, quiero acabar con ellos", aseguró Álex Mumbrú en un tiempo muerto. Dicho y hecho. El 98-68 final reflejó que todavía queda mucho trabajo por delante y que para nada el ascenso ya está en el bolsillo. El dominio con el que se mandaba en la LEB Oro, tras dos derrotas consecutivas a domicilio, ya queda en entredicho.

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