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Lockett, el corazón bético

  • El bajón del equipo y la racha de derrotas coincidieron con las peores estadísticas del alero, que ha vuelto en las últimas jornadas a sus números

Las casualidades existen, claro, pero otras veces la explicación de algo es más terrenal que atribuirlo a la diosa Fortuna. Cuando mejor estaba, el Betis Energía Plus se cayó por completo. De llegar con opciones matemáticas (que no reales) de meterse en la Copa a la última jornada de la primera vuelta pasó a encadenar siete derrotas seguidas que encendieron las alarmas. Los malos resultados estuvieron acompañados por un evidente bajón físico y de juego, pero el corazón del equipo vuelve a latir. Seguramente al ritmo que bombea Lockett, auténtico motor de un conjunto que necesita su mejor versión para rendir.

Lockett fue, junto a Stojanovski, una de las peticiones de Zan Tabak en verano. Debía ser una de las piedras angulares del proyecto deportivo y lo cierto es que el norteamericano, en su primera campaña en la ACB, no está defraudando. Su aportación va más allá de sus puntos, ya que se ha convertido en el alma del conjunto verdiblanco y cuando él está bien, el equipo está bien.

El estadounidense es de esos jugadores que hacen de todo y casi siempre bien. En ese sentido recuerda a Bamforth, que sorprendió en Sevilla en su primer año tras dejar la NCAA, pero Locket a sus 26 años ya contaba con una importante trayectoria en Europa que le hizo el aterrizaje en España más fácil que al escolta, al que le costó un tiempo adaptarse.

En las primeras 16 jornadas los números de Lockett se asemejaban mucho a los que hizo en cursos anteriores en la Bundesliga alemana (12,5 puntos, 5 rebotes y 2,4 asistencias por partido en 30 encuentros con el Basketball Löwen Braunschweig) y en la Serie A italiana (11,4 puntos, 3,7 rebotes y 1,8 con el Trento). Hasta ese momento, el alero promediaba en la ACB 11,6 puntos, 5,5 rebotes y 1,6 asistencias en casi 29 minutos por encuentro.

Pero en Andorra la cosa empezó a cambiar. Su tiempo en pista, al igual que su producción en todas las facetas empezó a bajar y con ello el nivel del equipo, que entró en barrena. Frente al conjunto del principado estuvo 26 minutos en pista anotando nueve puntos (capturó ocho rebotes). En Manresa su producción siguió cayendo: dos puntos y tres rebotes (-1 de valoración, la única negativa esta campaña) en menos de un cuarto de hora sobre el parqué. Casi la mitad de lo que venía jugando. Ante el Iberostar Tenerife mantuvo la tónica: seis puntos y tres capturas en poco más de 21 minutos que estuvo sobre el parqué. Se perdió el duelo en Zaragoza por un golpe y regresó ante el Estudiantes jugando 20 minutos: anotó seis puntos y sólo agarró un rebote. En estas citas su media fue de 21 minutos, seis puntos, cuatro rebotes y cuatro de valoración. Muy lejos de sus cifras.

En este tiempo ni Lockett ni el Betis daban señales de vida. Pero el alero pareció coger aliento en este periodo y desde el choque en Murcia ante el UCAM hace tres jornadas vuelve a ser el de antes. En ese choque subió su participación hasta los 25 minutos sumando 20 puntos. Al siguiente envite, ante el Gran Canaria, ya rebasó la media hora disputando casi 33 minutos, en los que logró 18 puntos y ocho rebotes. Y el pasado domingo mantuvo el tipo en el redentor triunfo en Fuenlabrada con 20 puntos y seis rebotes (30 de valoración) en más de 35 minutos en pista. En cifras, el promedio en estos tres últimos partidos es de 19 puntos, cinco rebotes y 23 de valoración en 31 minutos de media. Lockett ha vuelto. ¿Y el Betis con él?

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